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Un respiro para los gladiadores
baloncesto | NBA

Un respiro para los gladiadores

IÑIGO PUERTA

Viernes, 17 de febrero 2017, 10:38

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La NBA rinde homenaje a sus estrellas. El brillo y el glamour se mezclarán con la música callejera en la capital del jazz. Mientras, la Liga Regular se detendrá para dar un respiro a sus jugadores, aunque los teléfonos seguirán encendidos para apurar posibilidades de traspaso. Todo listo para ver en acción a los mejores del planeta.

El primer bocado se podrá saborear esta misma madrugada con el Rising Star Challenge, un duelo entre las jóvenes promesas de la Liga en un formato USA vs Resto del Mundo, en el que a última hora han enrolado a los rookies españoles Willy Hernangómez y Alex Abrines, que sustituyen a los lesionados Joel Embiid y Emmanuel Mudiay. Mientras el pívot de los New York Knicks ha cuajado unas actuaciones excelentes en febrero con 11 puntos y 9,4 rebotes de media, Abrines todavía no ha podido explotar todas sus virtudes en Oklahoma y solo se valora su capacidad como tirador abierto (37,5%T3)y algún que otro vuelo sin motor espectacular que le ha valido la atención de los medios.

Entre sus compañeros de vestuario, Willy se topará con el ex ACB Kristaps Porzingis. Además de en Sevilla y Nueva York, en Nueva Orleans vestirán la misma camiseta. Abrines, a su vez llegará acompañado de Domantas Sabonis, hijo del mítico Arvydas, con el que también comparte pasado en Málaga y ahora vestuario con los Thunder. Un jugador intenso y lleno de talento.

Nikola Jokic y Dario Saric son las otras dos joyas europeas que se alinearán a su lado. El pívot serbio ha sobrepasado todas las previsiones con actuaciones estadísticas históricas a sus 21 años. Los Nuggets se frotan las manos. No en vano llégó a Denver en el puesto 41 del Draft, un robo en toda regla. En cuanto a Saric, la perla croata que se fogueó en la Euroliga antes de dar el salto a la NBA está consolidando su juego como 4 abierto. Además de su polivacencia y su tiro, es un gran defensor posicional y entiende el juego como nadie. La lesión del Nº1 del Draft, Ben Simmons, le ha regalado minutos importantes en los Sixers, un equipo plagado de jóvenes figuras que comienza a rodar.

En el bando estadounidense no pierdan la ocasión de disfrutar de un escolta de ensueño como Devin Booker o de un ala-pívot de última generación como Karl-Anthony Towns, una delicia de movilidad y fundamentos. Aunque se espera que se convierta en una 'pachanga' de cara a la galería en clave de mates y tripes, se esperan jugadas, trucos y 'frivolités' de los próximos dominadores de la NBA.

El sábado el espectáculo cobrará vida en unas exhibiciones que llevan la mayor carga competitiva del fin de semana. Primero el Skill Challenge medirá la velocidad de ejecución de los fundamentos técnicos en un circuito en el que se batirán desde bases hasta pivots. Isaiah Thomas y John Wall son los favoritos por su tamaño, chispa y posición en la cancha. Minutos después llega el Consurso de Triples, donde se medirá la puntería de los mejores lanzadores de larga distancia, con la ausencia de Stephen Curry, pero con un favorito que sobrevuela la mente de todos, su compañero Klay Thompson. Un estilista certero, un asesino silencioso con una de las mecánicas más perfectas de la NBA. La presencia de Kyrie Irving entre los participantes le pondrá algo de pimienta al concurso, ya que un triple del jugador de los Cavs arrebató el último anillo de campeones a los Golden State Warriors.

El histórico plato fuerte del sábado, el Concurso de Mates, ha sufrido el revés de la lesión de Zach LaVine, el vigente campeón que se retó en uno de los mejores concursos de todos los tiempos a Aaron Gordon, la revolución de la pasada edición. Esta vez parece tener el camino allanado para llevarse el cetro de mejor matador . DeAndre Jordan, un pívot que alcanza alturas imposibles y finaliza con explosiones se prevé como gran rival. Glenn Robinson III y Derrick Jones Jr son las incógnitas. Este último, sin haberse estrenado como matador en la Liga, es la sensación de las ruedas de calentamiento de la NBA con vuelos y arabescos de enorme plasticidad.

Un partido para reivindicarse

El partido de las estrellas, el All Star Game, viene cargado de nombres propios que han golpeado sobre la mesa para desplazar a los tótems de los últimos años. A pesar de que Stephen Curry, LeBron James y en menor medida Kevin Durant han formado el trío más aclamado de la NBA, los cambios de plantilla, posiciones o progresiones astronómicas, han encumbrado a nuevas estrellas emergentes que dominan los tableros estadísticos. Si bien el partido entre las dos Conferencias ha perdido el sabor competitivo de los años 80, los duelos individuales han catapultado el morbo por el partido que se disputará en Nueva Orleans.

Russell Westbrook es el nombre en boca de todos. Sus actuaciones individuales hasta la fecha llevan el sello de inequívoco MVP. A pesar de la marcha de Durant a los Warriors, Westbrook mantiene viva la llama de la competitividad de los jóvenes Thunder con actuaciones descomunales que lindan o superan cada noche el triple doble. Promedia la friolera de 31,1 puntos, 10,5 rebotes y 10,1 asistencias por partido, con su franquicia en puestos de playoff. Si hay alguien con hambre de reconocimiento que pueda restar posesiones en el partido al ídolo local Anthony Davis, es él. Davis parece fruto de un experimento genético, con unas condiciones físicas extraordinarias y unos fundamentos técnicos labrados cuando jugaba de base. Un 'patito feo' que juega en casa.

Otro de los candidatos al MVP también militó en los Thunder, pero se hizo grande en Houston. James Harden vive una metamorfosis que le ha llevado a la posición de base en unos Rockets que bombardean desde la lejanía. Aglutina la mayoría de las posesiones y se ha convertido en el mejor pasador de la liga con una facilidad pasmosa. Verle frenar en el dribling para ejecutar un paso atrás previo al tiro... es un lujo.

El siguiente fenómeno de esta campaña ha llegado al estrellato desde las calles de Atenas. Giannis Antetokounmpo tuvo que vender gafas de sol en las calles, fue desahuciado junto a su familia y conoció el basket tarde. En una fulgurante evolución de seis años aprendió a jugar en todas las posiciones hasta ser drafteado en 2013. En su año de novato creció 5 centímetros más, hasta sus 2,11 actuales, con una terrible envergadura de 2,21m. Su juego multidimensional ha explotado. A sus 22 años domina las pistas y lidera a los Milwaukee Bucks.

Otra eclosión meritoria la protagoniza Isaiah Thomas, un jugador de poco más de 1,70m que supera a sus rivales con un cóctel de técnica individual, potencia y determinación impresionantes. Lidera a los pujantes Boston Celtics, ha superado marcas históricas de anotación en la franquicia y es el amo y señor de los últimos cuartos en la NBA, con registros para la historia.

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