Coro Fuentes recibe el I Premio Carmen Adarraga de la Diputación de Gipuzkoa

"Cuando me llamaron y me dijeron que me iban a dar el premio no me lo podía creer", ha afirmado la atleta emocionada. Fuentes fue la primer mujer española en acudir a un Campeonato de Europa Junior por tener la marca mínima necesaria y también una de las tres primeras en acudir a un Campeonato de Europa absoluto.

Tras bajarse de los tacos, Fuentes decidió seguir ligada al atletismo y aún hoy sigue cerca del tartán apoyando a los más jóvenes a llegar a la élite aunque tiene claro que más que atletas, tienen que formar personas. La deportista batió 17 veces diversos récords de España, muchas veces que ella misma poseía por lo que fue elegida mejor atleta guipuzcoana en los años 1969 y 1970. Sus récords están divididos en categorías tan diferentes como los 400 metros, los 800, los 1.000 y los 1.500.

Con el Premio-Homenaje Carmen Adarraga creado por el departamento de Cultura y Deportes de la Diputación se quiere reconocer la trayectoria y la actitud de una deportista guipuzcoana que haya destacado en cualquier época. Se trata de reconocer a todas aquellas mujeres, personas e instituciones que "año tras año y día tras día compiten y trabajan para seguir abriendo camino a otras generaciones de chicas y mujeres en el mundo del deporte". Por este reconocimiento Coro Fuentes recibirá una obra del escultor Ricardo Ugarte.

Una pionera del deporte

Itxaso, tras subrayar "el compromiso inequívoco y constante de la Diputación con la Igualdad", ha explicado que desde la Diputación se ha querido "reconocer el trabajo de tantas mujeres que en el deporte dan lo mejor de sí mismas y alcanzan metas importantes, teniendo que enfrentarse a más obstáculos que los deportivos".

Además, ha explicado que Carmen Adarraga fue una "pionera del deporte guipuzcoano que no dudaba en viajar entre mercancías y perseguida para jugar un partido de baloncesto". Nacida en Hernani, fue la primera capitana de la historia de la selección española de baloncesto al ser designada como tal para el primer partido del combinado nacional, jugado en 1942 ante Italia en la Universidad Complutense de Madrid a medianoche.

Asimismo, fue jugadora de hockey hierba y de balonmano, lo que demuestra un espíritu deportivo "muy difícil de desarrollar en la década de 1940". "Fue una mujer que luchó por su sueño, el deporte, y conquistó un terreno que de entrada no le había sido concedido", ha señalado, para después subrayar que "ella y sus compañeras provocaron un cambio para todas las mujeres, con ellas hubo un antes y un después para las mujeres".