'El Jefe Infiltrado' descubre el GBC

Su primera toma de contacto en 'El Jefe Infiltrado' fue con las animadoras, que le contaron que como uniforme "usamos camisetas de niño que recortamos nosotras". En su primer ensayo, ante la falta de práctica en el baile, se marchó dejando a las chicas en la estacada.

Después Cristina Gabilondo acompañó a la mascota del equipo, Gipu, a promocionar el siguiente partido dándose cuenta de lo difícil que era conseguir arrastrar a los aficionados. La protagonista de 'El Jefe Infiltrado' llegaba a la conclusión que con la directiva tan desconectada de los trabajadores y de la afición, será dificíl sacar adelante al equipo

También trabajó con Bully, delegado y utillero, hace solo el trabajo que en clubes más grandes hacen cinco personas. Sin embargo, pese a su entrega y dedicación, Cristina cree que "le falta autoridad" para ejercer su trabajo, ya que le dejó colarse en el vestuario con los jugadores cuando estaba terminantemente prohibido para personas ajenas al club.

Luego llegó el turno de Ricardo, voluntario del club, que trabaja de forma gratuita recogiendo Illunbe tras los partidos. Manifestó que el club no le reconoce lo suficiente lo que hace sin cobrar. Cristiana coincide y cree que el GBC "no tiene suficientes gestos con los voluntarios".

Tras terminar su infiltración, Cristina contó al presidente, Álvaro Bilbao, que la cúpula del GBC "se ha acomodado" y que de seguir así las cosas ella estaba dispuesta a dimitir, aunque decidió seguir porque "amo este club".

El episodio de 'El Jefe Infiltrado' fue grabado hace justo un año y el GBC subrayaba antes de su emisión, que aunque «las circunstancias de club son diferentes», a través del programa se «pretende abrir las puertas del Gipuzkoa Basket para conocer su realidad en diferentes ámbitos».