Noa Gay: «Con Bruce Springsteen me sentí como en un videojuego»

A Noa le encanta la música de Bruce Springsteen. No es extraño: la escuchó desde que se encontraba en el vientre de su madre. «Yo soy aficionada al Boss desde siempre», explica Eider Apezteguia, la ama de Noa. «A lo largo de mi vida he visto mas de treinta conciertos suyos. Su música es pura energía y siempre nos acompaña». Lo corrobora Noa: «¡He crecido escuchando al Boss! Y también me encanta, claro».

En la anterior visita de Bruce Springsteen a San Sebastián, en 2012, Noa vivió su primer concierto. Como sus padres son fieles al Boss pertenecen al grupo de aficionados que logra entrar al entorno más cercano al escenario, con las privilegiadas pulseras que consiguen los asiduos. «Fue impresionante. Y resultó aún más impresionante que Bruce me invitara a bailar en el escenario», recuerda ahora Noa. Entonces tenía 7 años. Y esta vez, en la nueva visita del músico, se preparó a conciencia para disfrutar de la música... y salir otra vez al estrado.

«¡Has cantado con el Boss!»

«El martes mis padres vinieron a buscarme a ikastola a las doce del mediodía y nos fuimos al estadio. Allí, en la cola de entrada, preparé dos carteles. En uno escribí 'Waiting on a sunny day', mi canción favorita, y en otro algo así como 'Quiero bailar otra vez'», explica Noa. «Cuando entramos nos quedamos como en la séptima fila de público, pero como soy pequeña me escurrí hasta delante».

Bruce Springsteen pronto comenzó su liturgia de bajar a la pasarela y caminar entre el público. Y se fijó en Noa. «Nos ayudaron las gentes que estaban alrededor, muchos conocidos porque nos vemos en los diferentes conciertos», dice ahora la madre. «Yo el sábado pasado estuve en Barcelona disfrutando y en Anoeta me concentré, con el padre, en que Noa lo pasara bien».

«Cuando el Boss empezó a cantar 'Waiting on a sunney day' me puse a mover el cartel como una loca, y cuando me invitó a subir al escenario no lo dudé», tercia la niña. «Me puso el micrófono y me invitó a cantar. Yo sé ese tema de memoria y me lancé. No estaba nerviosa, al contrario, disfrutaba al verme en ese sitio con tanta gente mirando. Él estuvo muy cariñoso. Es muy fuerte, Me subió sobre sus hombros con solo una mano. Al volver a mi sitio no me lo creía. Mi madre decía '¡has cantado con el Boss!', pero yo no terminaba de asimilarlo». «Fíjate si estaba yo nerviosa que no hice ninguna foto», añade la amatxo. «Menos mal que los amigos nos han enviado imagénes que tomaron ellos con los móviles. Ya nos han pasado también varios videos. Será el recuerdo de un momento único».

Fue la niña de la noche. A la salida otros espectadores la felicitaban. «Algunos se hicieron un 'selfie' conmigo y me hablaban». A la noche asimiló bien las emociones. «He dormido bien, tranquila. Me sentía muy feliz».

Sus padres le perdonaron la ikastola. Desde la mañana recibieron llamadas de amigos que habían visto el momento en el propio estadio o se habían enterado de la noticia por las redes sociales. La madre de Noa es de Eguía, «vivimos siempre en esa zona y en Gros, pero ahora, temporalmente, estamos en Oiartzun», responde Eider Apezteguia.

La niña 'tocada' por la mano de Bruce Springsteen estudia Sexto de Primera en la ikastola Biteri Zuhaitzi. Hoy tendrá mucho que contar a sus amigos, y más con su nueva experiencia mediática. «Me gusta todo tipo de música, pero sobre todo el Boss. Y claro que me gustaría salir otra vez al escenario, pero no sé si será posible», remata Noa.

Ayer cenaba con sus padres en un restaurante de Oiartzun para repasar una vez más los instantes vividos. Y cuando le preguntaban por el momento, ella repetía: «Fue como un sueño, como uno de esos videojuegos en los que pareces moverte en un sitio imaginario, pero me sentí muy bien. Bruce es muy majo».

Los otros 43.000 espectadores también lo percibimos, pero de más lejos.