Lee Fields, cantando con el 'soul'

Decir Lee Fields es nombrar a uno de los músicos con más personalidad del soul contemporáneo, un veterano que halla el clímax desquitándose de ropajes artificiosos y recreándose en el latir de un sentimiento de alegría, pena o redención. Cantando con el alma. Pero cuidando los delicados arreglos, aportando un barniz moderno a su estilo de vieja escuela, gracias al buen hacer de su socio Leon Michaels, que trabajó con Jay-Z, Aloe Blacc o Ghostface, en la producción.

Desde finales de los 60, este nativo de Carolina del Norte viene amasando un abundante catálogo que abarca desde el funk a lo James Brown hasta el blues lo-fi o el soul sureño contemporáneo. Su principal base de fans se situó en los 70 entre los fanáticos del funk, gracias a una serie de singles para pequeños sellos que se convirtieron en objetos de culto y coleccionismo, llegó a apodarse Little JB -el peuqeño James Brown-.

Renació en los 90 reconvertido en cantante de soul-blues y pasó a ser reivindicado gracias a nuevos singles que igualaban en energía a los de su primera época, cuando no los superaban. Desde Problems (2002) hasta Emma Jean (2014), no para de enlazar grabaciones que lo sitúan dentro de su género, el del revival del clasicismo negro, al mismo nivel que Sharon Jones. Y si ella tiene a The Dap-Kings como banda de soporte, él puede lucir a The Expressions.