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José Julián Bakedano, Juanmi Gutiérrez, Imanol Uribe, Javier Aguirresarobe, Pedro Olea, Juanba Berasategi, José Luis Egea, Mirentxu Loyarte e Iñaki Eizmendi, en la entrada de Tabakalera .
Los pioneros del cine vasco recuerdan los 'Ikuska' como «un gran momento de ilusión y felicidad»

Los pioneros del cine vasco recuerdan los 'Ikuska' como «un gran momento de ilusión y felicidad»

Los directores presentaron en Tabakalera la versión restaurada de la serie de cortometrajes que impulsó una producción estable en Euskadi

RICARDO ALDARONDO

Viernes, 2 de diciembre 2016, 07:51

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El nacimiento de un cine vasco con entidad, un momento de «felicidad total» durante los rodajes, una sensación colectiva de gran ilusión, la chispa de un gran debate sobre el euskera y la primera oportunidad para muchos técnicos y autores de hacer cine en su entorno. Todas esas cosas, y algunas más, forman parte del legado y el recuerdo de los 'Ikuska', una serie de cortometrajes que en la época de la Transición, entre 1978 y 1982, crearon una primera chispa, o «un relámpago en medio de la oscuridad» como lo definió José Luis Egea, para que se hiciera realidad un cine vasco hasta entonces prácticamente inexistente.

«Una reunión histórica», anunciaba la Filmoteca Vasca en la convocatoria, y en verdad lo fue, también un «día de celebración de todos estos cineastas que han sido y son tan importantes para nosotros», expresó Joxean Fernández, director de Filmoteca Vasca.

Se reunían buena parte de los directores y artífices de aquel impulso que pretendió crear una producción estable, «con carácter muy profesional, que pudiera competir en calidad con el cine que se veía en las salas», expresó Javier Aguirresarobe. Ese era el empeño de Antxon Eceiza, responsable de los 'Ikuska', fallecido en 2011, y a quien se rindió homenaje implícito en este encuentro que se celebró ayer en Tabakalera. A continuación, los directores presentaron la proyección de sus cortos, que han sido restaurados para su publicación en DVD.

Espíritu de colaboración

Javier Aguirresarobe, José Julián Bakedano, Juanba Berasategi, José Luis Egea, Iñaki Eizmendi, Juanmi Gutiérrez, Mirentxu Loyarte, Pedro Olea e Imanol Uribe participaron en el encuentro al que no pudo acudir finalmente Montxo Armendariz. Directores, todos ellos, de alguno de los cortos de la serie 'Ikuska'. Muchos siguieron vinculados al cine y fueron autores de algunos de los largometrajes que cimentaron el cine vasco que vino a continuación, todo un 'boom' con algunos filmes de gran éxito como 'La fuga de Segovia' (1981) y 'La muerte de Mikel' (1984) de Imanol Uribe, 'Akelarre' (1984) y 'Bandera negra' (1986) de Pedro Olea o 'Tasio' (1984) de Montxo Armendariz, mientras Juanba Berasategi o Juanmi Gutiérrez fueron abriendo otros caminos en la animación y el documental.

«Teníamos muchísima ilusión y los 'Ikuska' representan la crónica de una época. Todos colaborábamos y se creó una uniformidad profesional y artística para todos los Ikuska», explicaba Aguirresarobe, que fue el director de fotografía de casi todos los cortos.

Maialen Beloki, subdirectora del del Festival de San Sebastián y autora de una tesis doctoral sobre Antxon Eceiza, 'Entre el cine y la política', y que ejerció de moderadora del acto, explicó que el proyecto de los 'Ikuska' tenía un doble objetivo: imitar los 'Noticiaris' catalanes para informar a los ciudadanos vascos sobre la realidad de su pueblo, y crear una plataforma de aprendizaje para jóvenes directores.

Los 'Ikuska' «abordan temas de actualidad permanente, hechos por vascos y para vascos y en euskera, entre ellos el bilingüismo, el bombardeo de Gernika, el arte contemporáneo, la canción vasca o el bertsolarismo. Fueron años de intenso debate en el plano político, sociológico y cultural en el País Vasco, y el cine también tuvo su propio debate en torno a la pregunta: ¿Qué debería ser el cine nacional vasco? La serie 'Ikuska' es la respuesta a esa pregunta que intentó dar Antxon Eceiza», quien se convirtió en responsable final del proyecto desde su productora Bertan Filmeak, mientras Luis Iriondo, que trabajaba en ese momento en Caja Laboral Popular, pasó a ser el coordinador. Diversas empresas e instituciones apoyaron la iniciativa.

El debate del euskera

Juanba Berasategi, quien destacó que «hay otra figura clave en todo esto, Koldo Izagirre», considera que el debate sobre el euskera fue «muy intenso, porque había gente que decía que el euskera no servía para esto del cine, y desde los 'Ikuska' se defendió la normalización». Y, como apuntó José Julián Bakedano, «se demostró que el euskera sí servía para hacer cine y también ficción». Cineastas como Uribe y Olea que ya estaban trabajando en Madrid volvieron al País Vasco para hacer su 'Ikuska' y también sus siguientes largometrajes «y mucha gente que estaba en Euskal Herria tuvo su primera oportunidad de trabajar en el cine», explica José Luis Egea, otro de los artífices más activos del proyecto, que luego se centró en el documental y la publicidad, porque «se me han cerrado las puertas con los cuatro proyectos que he intentado sacar adelante».

Egea también destaca que 'Ikuska' se encargó de «romper el muro del uso del euskera en el cine» y se sumó al «sentimiento de felicidad» con que Pedro Olea recuerda aquel momento. «Yo salía entusiasmado de los rodajes de los 'Ikuska'», aseguraba Egea, del mío y de otros que iba a visitar, era un momento de auténtica exaltación estética. Cuando estás en medio de la noche, un relámpago así es impagable».

Iñaki Eizmendi se encargó de buscar el contraste entre el mundo rural y el urbano y Mirentxu Loyarte, la única directora del proyecto, se centró en la mujer, «aunque tenía otro tema, la fiesta, lógico en alguien que ha nacido en la calle Estafeta de Pamplona». A menudo era el propio Eceiza quien proponía los temas, pero todos coincidían en la libertad que tuvieron para elaborar sus cortos. «A mí me pareció genial que me ofreciera el bombardeo de Gernika, entrevisté a muchísimos supervivientes, y tenía muchas ganas de tratar temas vascos. Y eso me llevó luego a hacer 'Akelarre'», explicó Olea.

¿Y por qué se terminaron los 'Ikuska'? La llegada de ETB, que de algún modo asumió esa divulgación de la cultura vasca, sería una causa. Luego ese foco de producción se diluyó en parte, y directores como Uribe y Olea volvieron a hacer cine en Madrid. «ETB y el Gobierno Vasco no estuvieron a la altura para apoyar el cine que se hacía aquí, tanto en euskera como en castellano», apuntaba Uribe.

Loyarte se preguntaba si estamos ahora de nuevo como al principio, tanto en el cine vasco como en el uso del euskera en él. Juanmi Gutiérrez demostró claramente que no con un dato: «En este mismo momento, en la Diputación se está entregando el premio Abbadia a la productora Moriarti, que ha hecho una película en euskera como 'Loreak' que ha dado la vuelta al mundo y ha llegado a Hollywood». Bonita y significativa coincidencia.

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