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El asombroso trazo de Crisse, al servicio del mito de Atalanta y los argonautas.
Una argonauta entre cincuenta

Una argonauta entre cincuenta

'Atalanta’, la única mujer que acompañó a Jason en la búsqueda del vellocino de oro

óscar goñi

Sábado, 23 de julio 2016, 10:28

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Una época donde realidad y mitología son parte de la mixtura que conforma la Historia. A la luz de las hogueras, Grecia reconoce dioses en las sombras, en los océanos y en los cielos. Nada ocurre sin que sus extraños designios favorezcan causas u originen desastres de incalculables consecuencias. El destino de los hombres es, así, azaroso, tanto como para las criaturas mágicas a las que, sin embargo, el ser humano osa desafiar. En un mundo gobernado por hombres, una mujer llamada Atalanta no está dispuesta a renunciar a aquello con lo que sueña, convertirse en una amazona. Favorecida siendo bebé con dones de fuerza, velocidad y habilidades para la caza, deberá elegir entre una vida cómoda en el bosque, entre faunos, o embarcarse en el Argo a la búsqueda del vellocino de oro, con el que Jasón intentará recuperar el trono de Yolco.

La leyenda, no por conocida, pierde hoy un ápice de su poesía. Sin embargo, es cierto que Atalanta, figura destacada en la mitología helena, no es reconocida hoy por todos los especialistas como mujer (única) integrante de los cincuenta héroes tripulantes del Argo. Otros, sin embargo, como Crisse, no solo lo hacen, sino que convierten su figura en la protagonista de la serie que ahora recupera Yermo Ediciones.

Didier Chrispeels (26 de febrero de 1958, Bruselas, Bélgica), pseudónimo de Crisse, debuta en 1978 en la revista Curiosity Magazine. Un año después, aterriza con The Oceans King, aventuras que transcurren en un parque acuático en la revista Spirou y, en 1980, en Tintin, la otra gran publicación belga, con Nahomi, serie que ya le convertirá en uno de los autores más relevantes de la escena.

Éxito y leyenda

Sin embargo, Crisse habrá de esperar un poco más, concretamente hasta 1987, cuando, con guiones de Jacky Goupil, inicia La espada de cristal, fantasía heroica en estado puro y que, a lo largo de cinco álbumes, se convierte en referente del género y donde el dibujante despliega definitivamente todas las armas que esgrimirá a partir de entonces. Crisse tiene, ante todo, un dominio total del oficio, es quien cada vez que va a la playa sale sin un grano de arena pegado a su cuerpo. Su lápiz es preciso, después de un trabajo profundo y meticuloso resulta espontáneo, y la frescura en el trazo termina, así, siendo inigualable. En ocasiones, además, hay autores que encuentran su lugar, su hábitat idóneo. Crisse es vivo ejemplo de ello; En 1995 dibuja Perdita Queen, tomo policíaco, y en 1997 Kookaburra, ciencia ficción tradicional, pero vuelve a brillar en 1999, ya para la editorial Soleil, con Atalanta, serie no estrictamente identificada con La espada de cristal, pero con vínculos evidentes.

Atalanta es, ante todo, un espectáculo divertido e inmune al deterioro por paso del tiempo. Los diálogos son vibrantes, ajustados al tratamiento amable de la mitología y, desde luego, recomendables para todas las edades, al igual, naturalmente, que la obra en su conjunto. Crisse es un maestro absoluto en composición y movimiento, los personajes parecen saltar de las viñetas embutidos en ese estilo semirrealista que encaja sin problemas con una trama hasta más allá de la tradición.

El integral de Yermo, que aglutina la primera época de Atalanta, se disfruta siempre que el lector consienta con que Atenea, las arpías, Afrodita o Hécate son parte del viaje, con que el mascarón del Argos está construido de roble mágico y con que los mitos nunca pueden desecharse cual recuerdos inservibles. Embarcarse en busca del vellocino de oro al lado de Atalanta es, entonces, volver a la magia.

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