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García Velilla, Unsain, Apalategi, Alonso, Fornells y Fernández d'Arlas, ayer en las Juntas.
Áncora recuerda a la Diputación que debe preservar el edificio del Bellas Artes

Áncora recuerda a la Diputación que debe preservar el edificio del Bellas Artes

La plataforma cívica compareció ayer en las Juntas Generales para exigir la intervención del ente foral de forma subsidiaria

T. FLAÑO

Jueves, 28 de enero 2016, 06:55

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La plataforma cívica Áncora, que defiende la conservación del Bellas Artes, recordó ayer a los miembros de la comisión de Cultura de las Juntas Generales que es a la Diputación Foral de Gipuzkoa a quien corresponde vigilar que el edificio no sea derribado y se rehabilite en breve plazo porque está declarado Bien Cultural de Euskadi por parte del Gobierno Vasco. También solicitaron que «cualquier decisión que se tome esté al margen de las ideologías políticas».

La asociación, representada por Montserrat Fornells, Alberto Fernández d'Arlas, Mikel Alonso, José Mari Unsain, Juan Ignacio García Velilla y Miren Apalategi, exigió «no dilatar más en el tiempo la intervención de la Diputación en la restauración del monumento porque eso corre en contra del Bien Cultura. Es necesario intervenir sin demora de forma subsidiaria ya que la propiedad (la empresa SADE) lleva años jugando la baza del paso del tiempo para propiciar un deterioro irreversible del Bellas Artes».

Entre las reclamaciones de Áncora se incluye «actuar de inmediato para que el monumento recupere su imagen y se detenga el deterioro del edificio». También se solicita «la reposición a la mayor brevedad de la cúpula, tal como la construyó Cortázar, fijando plazos y elaborando un proyecto para ello». Asimismo se requiere «la impermeabilización para evitar las filtraciones de aguas pluviales que deterioran su interior». Por último se insta a «paralizar los trabajos de mantenimiento que ya indicó la inspección del arquitecto municipal en 2014 y que han sido reiterados a la propiedad en varias ocasiones a lo largo de 2015, haciendo esta siempre caso omiso».

Imagen de mortaja

En su comparecencia, la experta en arte Monserrat Fornells recordó que «el Bellas Artes, realizado por Ramón Cortázar en 1914 es el edificio de cinematógrafo más antiguo de España y el monumento bajo tutela de la Diputación Foral que corre mayor riesgo en la ciudad de San Sebastián, con su cúpula recién amputada y una malla que proyecta una imagen de mortaja, incompatible con esta joya del ensanche Cortázar y con la vocación cultural de la capital de Gipuzkoa».

Por su parte, el historiador Alberto Fernández d'Arlas reivindicó «el valor histórico, urbanístico, arquitectónico, simbólico y de convivencia» del edificio.

Fernández d'Arlas presentó a los integrantes de la comisión de Cultura un documento del archivo municipal con una barraca provisional de cinematógrafo en el lugar donde después se construyó el Bellas Artes, «lo que demuestra que ya había una tradición anterior a que existiera el emblemático edificio».

También recordó que Cortázar, a la hora de inspirarse para la construcción, buscó como referente el Palacio Gaumont en París, meca del cine a principios del siglo XX. «Nosotros también queremos reivindicar la palabra palacio asociada al Bellas Artes porque era como se denominaba entonces. En este momento es uno de los excepcionales ejemplos de los cinematógrafos anteriores a la Primera Guerra Mundial y la única réplica que existe del Gaumont. En España es el más antiguo, porque el Doré de Madrid se construyó en 1912, pero el actual, que alberga la Filmoteca Española, es de 1924».

Destacó que el Bellas Artes fue un equipamiento único porque «tenía dos utilidades, una era el cine y teatro con la sala de butacas, palcos y anfiteatros, y otra era la de ser la sede del Orfeón Donostiarra que tenía allí la administración y su sala de ensayos». La coral estuvo asentada ahí hasta 1985, en 1982 dejó de funcionar como sala comercial y en 1989 abandonó el edificio su último usuario, la Orquesta de Euskadi. Desde entonces ha permanecido cerrado.

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