El Gobierno Vasco recibirá las llaves de la nueva sede de Musikene el 15 de diciembre

Hace poco más de un año, cuando la consejera de Educación y Cultura del Gobierno Vasco, Cristina Uriarte, presentó en sede parlamentaria el 'Plan Estratégico Musikene 2014-2018' la previsión era que la nueva sede del Centro Superior de Música de Euskadi abriría sus puertas en mayo de este año. Pero transcurrió esa fecha con el edificio todavía en obras y al mes siguiente la Consejería, sin concretar fechas, aseguraba que el traslado de los alumnos se realizaría «escalonadamente» durante este mismo curso. A fecha de hoy fuentes del Departamento de Educación ni siquiera pueden mantener que el traslado se inicie durante este periodo lectivo. Reiteran que las nuevas instalaciones se podrán en marcha «progresivamente a lo largo de 2016», pero sin precisar si en el transcurso del presente curso o del próximo. En medio de esta indefinición, el único dato preciso que ha trascendido es la fecha en la que el Gobierno Vasco «recepcionará el edificio», es decir, que recibirá las llaves una vez terminada la obra y haber dado su visto bueno: será el 15 de diciembre.

Esa fecha inicia una nueva fase en la historia del edificio y a partir de entonces dará comienzo la equipación del nuevo centro educativo. Un proceso complicado que requerirá cierto tiempo porque, como recuerdan las mismas fuentes, se trata de una infraestructura «con unas características singulares, no es como equipar una escuela».

Tras la recepción de las llaves, el proyecto de equipamiento no solo consiste en dotar al centro del mobiliario adecuado, sino que además será preciso acometer pequeñas obras de adecuación. «En la medida en que se vayan equipando las instalaciones irá produciéndose escalonadamente el traslado de la actividad docente», señalaron desde el Departamento de Educación, aunque sin definir qué actividades estrenarían el singular edificio del campus de Ibaeta. No descartan que los primeros pasos en esta dirección se den el próximo año durante el primer trimestre, aunque tampoco lo confirman. Esta situación de indefinición afecta a docentes y alumnos del Centro Superior de Música, pero especialmente a quienes tienen la responsabilidad de poner en marcha el complicado proceso del traslado, aunque se realice de forma escalonada.

Musikene cuenta con una plantilla de 175 profesores. 307 alumnos cursan estudios superiores de música y otros 30 de posgrado y máster. La actividad docente se imparte en tres sedes, el Palacio de Miramar, que es la central; la Escuela Municipal de Música, en Atotxa, y la escuela de música del Coro Easo. Si esta separación acarrea problemas organizativos, el inicio del traslado al nuevo edificio podría suponer un problema añadido que debería ser planificado con antelación. Pero la indefinición afecta también a los planes de programación artística del centro, considerando además la intención del Departamento de abrir el auditorio del nuevo edificio al público en general para que albergue conciertos y otras actividades culturales.

Los últimos remates

El Departamento de Educación señalaba el pasado mes de junio que esperaba recepcionar el nuevo edificio durante el verano o en septiembre como muy tarde. Sin embargo a fecha de hoy siguen las obras y el acto administrativo de entrega de llaves no se realizará hasta mediados de diciembre. En Educación señalan que ha sido un retraso programado. «En realidad la empresa podría haber recepcionado antes la construcción, pero fue el propio Departamento el que solicitó a la empresa que antes de entregar las llaves realizara determinadas supervisiones, entre ellas las correspondientes al tendido eléctrico», que han requerido prorrogar el plazo de entrega.

A estas alturas la nueva sede de Musikene se encuentra prácticamente acabada, a falta de los últimos remates. Se trataría de cambiar «alguna chapa de la fachada que se ha rayado o arreglar puertas y ventanas que presentan algún problema de encaje, lo que suele ser habitual en este tipo de obras, o en algunos casos de rematar los zócalos y pintura», según precisaron fuentes del estudio GAZ Arquitectos que ha realizado el edificio y donde no ocultan su satisfacción por el resultado del proyecto. «Ha sido un largo esfuerzo, pero a final estamos contentos y con ganas de inaugurarlo», agregaron.

Construcción complicada

Más de tres años han transcurrido desde que se anunció en septiembre de 2012 el inicio de las obras con la intención de que el edificio pudiera abrir sus puertas en un plazo de 28 meses. Pero el desarrollo de los trabajos topó con un problema de suelo que complicó la construcción. Según el arquitecto Asier Atxurra, «cuando comenzó la excavación para la cimentación del edificio comprobamos que el suelo estaba afectado por unas sustancias que tuvimos que extraer y trasladar a un vertedero. Fue un problema de contaminación que no esperábamos y que interrumpió las obras entre dos y tres meses». Una vez superado este obstáculo las obras han transcurrido con normalidad, aunque no se ha podido recuperar el tiempo perdido.

Al final, el resultado no solo satisface a los arquitectos, sino también a los responsables de Musikene, que hace unos meses recorrieron el interior del inmueble. La directora, Miren Iñarga, manifestó entonces que le había ilusionado comprobar que el edificio cumplía las expectativas, con un auditorio «con muchas posibilidades y un gran espacio para la mediateca». Y señalaba que los arquitectos habían «ajustado muy bien el proyecto» pese a que el proyecto inicial contemplaba un inmueble mayor.

El edificio que ha diseñado el estudio GAZ, cuya obra ha desarrollado Acciona Infraestructuras y Lurgoien, no pasa desapercibido para los que transitan por las inmediaciones de la plaza de Europa de San Sebastián.

Recogiendo la versión de Asier Atxurra, uno de los arquitectos que ha firmado el proyecto de Musikene, «se trata de un volumen de negro lacado que recuerda el color de un piano de cola, que luego es tallado para conseguir que la luz penetre en todos los espacios; en la parte alta emerge hacia el exterior el color dorado que contrasta con el negro, de modo que da personalidad a la construcción».