Volver a navegar por 'el río de la sidra'

Una fiesta basada en la memoria y la participación ciudadana, 'Sagardoaren Ibaia', recuperará la memoria del río y su vinculación con la sidra. Se celebrará en la primavera de 2016, en el marco de la capitalidad cultural de San Sebastián, aunque sus preliminares están en marcha desde el año pasado: en el festival Olatu Talka de 2014 se construyó la embarcación que volverá a transportar la sidra y en la edición del Rompeolas de este año, el próximo mes de mayo, se acometerá la construcción de un embarcadero de madera, también de inspiración histórica, en Astigarraga, previsiblemente junto a la sidrería Lizeaga.

«Queremos que 'Sagardoaren Ibaia' sea una recuperación de la memoria del río, de sus gentes, de las 'alas', de sus puertos y de la sidra, pero también una gran fiesta», explican con entusiasmo Ainara Otaño, Jon Torre y Uxue Rabina, de la sidrería Petritegi, que promueve esta iniciativa junto a la cercana sidrería Lizeaga y la fundación Albaola, con la implicación de Donostia 2016. «Se trata de poner en valor nuestra historia pero también de disfrutar en el año de la capitalidad europea», dice Ainara Otaño, «aunque el objetivo es que la fiesta se convierta en un 'clásico' que se repita anualmente».

¿En qué consistiría exactamente la fiesta? Responde Uxue Rabina, del departamento de Marketing de Petritegi: «Será un fin de semana de primavera de 2016, aun sin concretar exactamente porque debemos coordinar las fechas con la programación general de la capitalidad. Primero habrá un amplio programa festivo en Astigarraga, para lo que estamos trabajando ya con numerosas entidades y asociaciones, y luego tomaría el relevo San Sebastián con actos en los que también estamos trabajando ya con instituciones como Donostia Turismo, la Asociación de Hosteleros y la propia Donostia 2016».

Una docena de barrikas

Pero la estrella de la fiesta será la navegación a través del Urumea con métodos y embarcaciones del pasado. Un 'ala' de madera de ocho metros de largo llevará una docena de barrikas desde el embarcadero de Astigarraga hasta la desembocadura del Urumea, en Donostia, manejado por personas con la única ayuda de pértigas, al estilo de lo que se hacía históricamente. Aunque aun se está en fase de pruebas, se calcula que la duración del trayecto puede ser superior a seis horas. Cada una de las barrikas lleva más de 200 litros. Las gentes del club de remo de Ur Kirolak «están colaborando activamente» en el estudio de las posibilidades de navegación por el río.

«Queremos cuidar al máximo la recreación histórica», dice Jon Torre, de Petritegi e investigador del pasado de las sidrerías guipuzcoanas. «Las barrikas se bajarán hasta la embarcación con el llamado carreto-barrika o carros llevados por bueyes». Y ya se han realizado pruebas: hace unas semanas se hizo un primer ensayo para un documental promovido por Elhuyar. «Fuimos desde Astigarraga hasta Martutene y resultó espectacular... y útil para preparar el proyecto», explica Jon Torre.

Como ocurre en tantos otros actos de Donostia 2016, «tan importante es el proceso previo como el resultado final», remarca Ainara Otaño. Por ese motivo se construyó el 'ala', la embarcación de madera, en el puerto donostiarra durante el pasado Rompeolas bajo la dirección de Albaola. «El 'ala' fue utilizada también en verano en el festival Atlantikaldia de Errenteria, que pretendía entre otras cosas recordar el pasado de la localidad como puerto».

Y por la misma razón se proyecta que la construcción del embarcadero en Astigarraga se haga «de una manera participativa» en el próximo Olatu Talka.

Sidrerías de hace 500 años

Ainara Otaño subraya que «para las sidrerías, y para este proyecto, es fundamental difundir nuestra historia, la forma en que se elaboraba la sidra desde los siglos XVI hasta nuestros días y rememorar los días en que el Urumea era el nexo de unión entre un entorno rural como Astigarraga y el mundo urbano que representaba San Sebastián».

Tal como dice Jon Torre, «los caseríos elaboraban la sidra y la iban enviando a lo largo del año hasta Donostia, bien para el consumo de los propietarios de los baserris, que vivían en San Sebastián, bien para las sidrerías o tascas urbanas, donde la sidra era la bebida más utilizada, y también para el posterior transporte hasta Terranova y otras zonas de América».

Resulta curioso que tras un proyecto cultural tan ambicioso estén dos sidrerías privadas, Petritregi y Lizeaga. «Para sobrevivir en el futuro debemos recordar nuestra historia», responde Otaño. Desde el siglo XVI, al menos, hay noticia de los caseríos donde nacieron las dos sidrerías.

«Albaola, con su conocimiento de la historia y de la navegación, ha sido el compañero ideal en este viaje, y Donostia 2016 la excusa para acelerar y celebrar la primera edición de 'Sagardoaren Ibaia'», añade la gerente de Petritegi. «Pero la idea que manejamos es asentar esa cita para que se repita cada año y pueda ir creciendo o sumando nuevas actividades en torno a lo que buscamos: recuperación de la memoria y celebración festiva».