Borrar
Las diez noticias clave de la jornada
ARTE

Mendizabal reflexiona sobre la oficialización de la vanguardia vasca

Cree que un síntoma clave fue la paulatina monumentalización de su obra escultórica

A. GARCÍA

Viernes, 26 de diciembre 2014, 12:51

Una de las ideas que persiste en el ideario creativo de Mendizabal es la reflexión sobre el papel de la escultura en su función pública y de representación simbólica. Para ello se sirve de la relación entre vanguardia y tradición en la escultura vasca». En el texto que cierra el libro, que recoge una conferencia ofrecida en Tolosa, sintetiza buena parte de ese pensamiento teórico. En él busca dilucidar si «la vanguardia es o no sólo es la ruptura de la tradición, o si la tradición es siempre la salvaguarda de lo antiguo, de lo de siempre». En su opinión, «la obra de Chillida, Oteiza, Mendiburu e incluso Basterretxea, cumple una doble condición: desarrolla un lenguaje visual abstracto y, por otro, se erige en imaginario simbólico que funda un mundo de referencias asumido como propio por una comunidad, la vasca», sostiene.

En ese sentido, hace de sostén simbólico de una serie de cosas que le ha tocado representar en público y de funciones que históricamente cumple la escultura, como la representación del poder, que se pone en crisis con la llegada de la vanguardia. Sin embargo, Mendizabal considera en su ensayo que un síntoma grave de la oficialización de esos artistas tiene que ver con la monumentalización de la escultura canónica vasca. De hecho, a partir de cierto momento, prosigue, «el lenguaje visual propuesto por estos escultores empieza a ser ubicuo en calles y plazas de Euskal Herria en un formato monumental absolutamente convencional».

En el primer ensayo, el que abre el volumen y le da título, 'Toma de Tierra', Mendizabal parte del concepto desarrollado por el sociólogo Jean Baudrillard. El pensador galo hablaba de «la masa como sujeto político y a ella se refería como una toma de tierra, como un pararrayos que desvía hacia el suelo energías, en este caso, abstractas». Para el artista guipuzcoano, «evocaba algo muy físico, que me recordó la labor de la peana. Una función del monumento era la de reunir a gente a su alrededor, a favor y en contra. Una marea de brazos en alto forma una ambigua representación de la fuerza, y la masa lo mismo parece sostener una figura que derribarla. Me interesaba traer al presente esa idea de la multitud tomando las plazas que vuelve a ser de actualidad, cosa que hace diez años no era pero yo ya estaba trabajando sobre esas ideas».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Mendizabal reflexiona sobre la oficialización de la vanguardia vasca