«Estar seleccionada entre los 30 finalistas para mí ya es un premio»

Marta Arribas ha residido durante estos cuatro últimos años en Barcelona, pero tras acabar sus estudios, desde junio se encuentra en casa, en Zarautz. «Me ha cogido por sorpresa, no me esperada ser una de las finalistas. Para mí el simple hecho de ser una de las finalistas ya es un gran triunfo, sobre todo por la gran cantidad de diseñadores que han tomado parte en el concurso. Hay mucho talento en el mundo del diseño y ser una de las finalistas de un concurso internacional de este nivel ya es un premio, un reconocimiento».

Marta, que antes de estudiar diseño, estudió primero en Antoniano y luego el Bachillerato en Oteiza Lizeo Politeknikoa, presentó al concurso un diseño que hizo para el fin de carrera. «Para el concurso de Bilbao las bases pedían presentar un diseño relacionado con el arte y me he valido de mi trabajo del fin de carrera, un trabajo inspirado en las orquídeas de la naturaleza», explica.

Para el concurso había que enviar un trabajo, pero tras la criba, los 30 finalistas deben ahora presentar dos conjuntos enteros más.

El fallo, el 18 de mayo

El fallo del jurado se hará público el próximo 18 de mayo. Hay premios para el mejor diseñador del concurso y otro para el mejor diseñador vasco, al que optan, además de Marta, Eneko Iturbe, de Elgoibar; Betitxe Saitua, de Sopela, y Uxue Bravo, de Leioa. En la relación de finalistas hay también seis diseñadores españoles (de Barcelona dos, Madrid, Zaragoza, Pontevedra y Burgos ), y el resto de los seleccionados son estudiantes de Corea, Rusia, Colombia, Japón, Italia, México, Alemania, Israel... todos ellos diseñadores emergentes de entre los 18 y 35 años.

A la joven finalista zarauztarra el arte le ha gustado desde pequeña. « Siempre he pintado cuadros, hacia manualidades ... Y ahora focalizo ese hobby con la moda, fusionando arte y moda. Para mí la moda es arte, es una forma de expresar», indica convencida.

En la escuela de Diseño de Barcelona les insistían con el diseño y la creatividad, explica Marta. «Yo me especialicé en el patronaje». Ahora, todo el aprendizaje le viene como anillo al dedo, ya que proyectos no le faltan. Por una parte, es una de las residentes seleccionadas de Kutxa Kultur Moda, de Donostia, iniciativa que ayuda a jóvenes diseñadores, con una beca, formación y espacio de trabajo en Tabakalera. «Se trata de un lugar muy adecuado para aprender y trabajar». Asimismo, prepara un desfile en el Museo Balenciaga con la colección que viene trabajando. A su vez, viene haciendo prácticas en el atelier de Iraia Oiar-tzabal, en Donostia. «Hacemos vestidos de novia e invitadas, a medida. Personalizamos cada diseño, con varias pruebas, hasta que el vestido queda perfecto. Tiene mucho volumen de trabajo y estoy muy a gusto trabajando con Iraia, me gusta el mundo de las novias. Van saliendo cosas y en principio mi intención es la de seguir aquí, sin descartar algún otro proyecto que pudiera surgir».