Fidel Raso muestra en Photomuseum la vida de emigrantes y refugiados

El fotoperiodista Fidel Raso (Sestao, 1953) expone este mes en el Photomuseum, imágenes y objetos recogidos durante los diez años que vivió en Ceuta, plasmando a través de ellos el sufrimiento de muchas personas que solamente buscan un lugar mejor para vivir. La exposición, bajo el título 'Emigrantes y refugiados' podrá visitarse hasta el 30 de julio, de martes a domingo, desde las 10.00 hasta las 14.00 horas y desde las 17.00 a las 20.00 horas.

Tal y como recoge el propio museo en la presentación de esta muestra, «el Estrecho de Gibraltar es un lugar fascinante que marca la vida en las ciudades de sus dos orillas. España las tiene a un lado y al otro. Por una parte, está Algeciras, con su gran puerto, y por otro, Ceuta, una de las dos ciudades españolas en África. En días claros, visto desde suelo ceutí, la silueta del peñón de Gibraltar emerge tan cercana y nítida que casi parece que pudiera tocarse. Y eso deben pensar muchos emigrantes cuando contemplan ese paisaje: tan cerca y tan lejos. Miles de personas esperan en las costas marroquíes y en Ceuta una oportunidad de cruzar al otro lado, a una vida mejor en Europa. Por esa estrecha franja de agua, una de las de mayor tráfico marítimo del mundo, circula de todo. Se detectan desde embarcaciones de recreo a mercantes o motos de agua con droga, el hachís es el producto 'estrella' del comercio ilícito desde las costas marroquíes a las españolas».

A este se le sumaría, además, suma otro tráfico aún más terrible: el de seres humanos. «Para las mafias es un lugar en el que enriquecerse a costa de los sueños, el sufrimiento y, a menudo, la muerte de otros. Hay polizones que se esconden en los barcos y en los maleteros y otros habitáculos de coches, camiones, caravanas, etc. para cruzar esta frontera de agua. Uno de ellos, procedente de Tánger, murió atrapado en las turbinas de propulsión de un fast-ferry. Otros, han perecido aplastados tras esconderse en los bajos de autobuses o camiones. Este 'mercado' de viajes clandestinos funciona como una verdadera empresa. Los inmigrantes que se lanzan en balsas o a nado, con la idea de superar uno de los dos espigones fronterizos de Ceuta, lo hacen provistos de materiales de supervivencia mínima y también con un puñado de objetos que, por alguna razón, les son necesarios o queridos».

Algunas de esas duras vivencias, el sufrimiento, la desesperación, el riesgo, la muerte... de los que ha sido testigo Fidel Raso durante una década, están recogidos en esta exposición: naufragios y rescates, aparición de cadáveres arrastrados a las playas, funerales e inhumaciones en nichos sin nombre, trabajo de los rescatadores, persecución del tráfico de drogas... El fotógrafo ha observado y dejado testimonio de todo lo que ha visto.