35.000 personas vierten sus aguas residuales a la depuradora de Lasao

Las instalaciones tratan y depuran 250.000 litros de agua por hora; es decir agua sucia que proviene de vertidos urbanos e industriales asimilables a domésticos de estos municipios. En este punto hay que señalar que la cantidad tratada va reduciéndose a medida que se separan las redes de saneamiento de fecales y pluviales. En Azkoitia, la separación está realizada en su mayoría, pero hay lugares como los barrios rurales en que no realizan la separación de pluvial y de saneamiento.

El tratamiento de esta gran cantidad de agua residual se hace mediante el uso de bacterias que literalmente 'se comen' los elementos orgánicos e inorgánicos que ensucian el agua.

La estación depuradora, normalmente, trabaja a una capacidad inferior a a su capacidad de diseño, menos en la época en que el vertedero de Lapatx recogía los residuos de toda Gipuzkoa que aumentó muchos los lixiviados del mismo.

Proceso

Desde que las aguas residuales entran en el EDAR y vuelven depuradas al Urola pasan por una serie de estaciones o fases con sus peculiaridades y fundamentos técnicos.

Básicamente, el proceso comienza con dos tamizados de residuos sólidos (que no deberían llegar a la estación de depuración de aguas) como maderas, plásticos, las famosas toallitas húmedas que atoran las bombas... seguido de un separador de arenas para poder comenzar a tratar el agua. El primer tamizado de sólidos es más basto y el segundo afina más.

Entre ambos hay unos grandes tornillos de Arquímedes (máquina helicoidal utilizada para elevación de agua, harina o material excavado inventada en el siglo III a. C. por Arquímedes) que suben las aguas de una fase a otra. En este punto, otras depuradoras tienen grandes bombas de succión de aguas y son las que se atascan con las toallitas húmedas que con tanta facilidad se tiran al inodoro. Tras una fase de eliminación de arenas y grasas (tratadas aparte en instalaciones exteriores), empieza la primera fase biológica.

Aquí se oxigena el agua y se crean las condiciones óptimas para la multiplicación de los microorganismos y bacterias que ya vienen en el agua sucia y 'se comen' los aportes orgánicos e inorgánicos.

Tras un nuevo decantado, comienza una segunda fase de oxigenación y limpieza que consigue los parámetros necesarios de limpieza para poder devolver el agua al río Urola.

El nitrógeno, fósforo, oxígeno, PH, la conductividad... son los parámetros que se controlan al retornar el agua al río y hay otros como los sólidos en suspensión, la demanda biológica y química de oxígeno que son limitantes a la hora del retorno del agua.

Si al cabo de cada día se realizan una veintena de análisis de otros tantos parámetros y asegurar así la optimización del proceso, hay que señalar que no acaban aquí los controles existentes.

Para asegura que el agua revertida al Urola no incide negativamente en el equilibrio biológico del río, se mide 'la salud' de las aguas 300 metros aguas arriba del EDAR y 300 metros aguas abajo con su consiguiente análisis comparativo.

Por su parte, la agencia Vasca de Aguas 'Ur Agentzia' realiza sus exámenes tras la recogida de muestras en diversos puntos.

Hasta aquí, de forma sucinta y resumida el complejo, caro y delicado proceso de limpieza y recuperación del agua que, en muchas ocasiones, malgastamos sin tener en cuenta que es un bien limitado y valioso y tal y como señalan los responsables del EDAR de Lasao «sin el cual no podríamos seguir viviendo como lo hacemos ahora».