Borrar
Carolina Martínez, junto a su madre ayer antes de ingresar como monja de clausura en Las Carmelitas.
«Quiero dedicar todos los días de mi vida a Dios, por eso he tomado la decisión de ingresar como monja de clausura»
Carolina Martínez, Nueva monja de clausura de Las Carmelitas Descalzas

«Quiero dedicar todos los días de mi vida a Dios, por eso he tomado la decisión de ingresar como monja de clausura»

A.E.

Domingo, 3 de agosto 2014, 00:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Antes de ingresar definitivamente como monja de clausura, tuvimos ocasión de intercambiar unas palabras con Carolina Martínez, una chica joven, guapa y risueña.

-Llama mucho la atención que una joven como usted ingrese como monja de clausura. ¿Cuándo y porque lo decidió?

-Lo he decidido este año, hace unos meses, porque quiero dedicar todos los días de mi vida a Dios. No quiero decir que esta sea la única manera, ni mucho menos, de hecho no lo es, pero sí para mí.

-¿Porqué con las Carmelitas de Zarautz?

-Una amiga mía que hoy ya es carmelita descalza me acompañó a verlas porque ya las conocía. Puedes llamarlo casualidad o providencia; yo prefiero lo segundo, porque hoy sé que es aquí donde Dios me llama, donde quiere que le entregue mi vida.

-Supone para usted un cambio total de vida. ¿Qué busca al ingresar como monja en un convento?

-Lo que hago es una respuesta a una llamada de Dios. Sé que desde aquí voy a ayudar a los demás, y eso es lo que quiero.

-Renunciando a todo: familia, amigos, trabajo, caprichos...

-Bueno, no creo que esté renunciando a mi familia y a mis amigos. Nadie que se va a vivir a otra ciudad lo hace ¿no?. Pues yo lo mismo, y de hecho, saben que ahora más que nunca voy a estar ahí para ellos. Igual no iremos a tomar una caña a cualquier bar, pero esa no es la única forma de conservar a los amigos.

-¿Qué le han dicho familia y amigos?

-Pues al principio les pilló un poco de sorpresa. Ahora están muy contentos la verdad. Sé que les da un poco de pena, pero dicen que me ven a mí tan feliz que ¿cómo no se van a alegrar?

-Ser monja de clausura, supone renunciar a casi todo. ¿Está dispuesta?

-Bueno, supone renunciar a bastante, es verdad, pero me quedo con lo más importante. Estamos acostumbrados (me incluyo) a tener muchas cosas que no nos hacen falta, y en realidad la vida misma te va a ir haciendo renunciar a cosas: el tener hijos y una familia, escoger un trabajo y no otro. Todas las decisiones implican renuncias. A partir de ahí sólo cada uno puede valorar.

-¿Con cuántas compañeras se va a encontrar en el convento de Zarautz? ¿Ya le han indicado cuál va ser su tarea?

-Conmigo somos 16. No sé con exactitud lo que voy a hacer; sé más o menos lo que hacen por las veces que he ido, pero no creo que haga exactamente lo mismo nada más entrar..

-¿Ha dudado en algún momento antes de tomar la decisión o lo tiene clarísimo?

-Dudaba más bien antes de tomar la decisión, pero desde primeros de este año lo tengo más claro y ahora que ha llegado el momento más. He estado hasta hoy contando los días y todo (se ríe).

-¿Y si en algún momento se arrepiente o quiere salir de las Carmelitas abandonando la orden?

-He de decir que no entro con esa idea. Hoy (por ayer) voy a entrar y me voy a quedar aquí toda mi vida. De todas formas, cuando entro no soy monja directamente, hay un tiempo de discernimiento. Como dices, yo quiero renunciar a los caprichos, así que sólo espero que si me tengo que ir de ahí, sea porque Dios quiera, no porque yo me arrepienta o cambie de opinión o lo que sea.

-Y, ¿Qué habría hecho si no hubiese decidido ser monja de clausura?

-Habría hecho la tesis en el área de Derecho Penal. Me encanta el derecho y el asunto estaba bastante zanjado cuando me decidí, de hecho. Me habría dedicado probablemente a la investigación y a la enseñanza.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios