Txapartegi 'Txapas': «La manera de educar es trabajar en todos los valores, es más sano»

-¿Cómo se le ocurrió escribir este libro?

-Este libro no lo huera escrito sin Antxon Lafont, que fue el que me retó y animó a hacerlo. Está enfocado como análisis de cómo ves ahora la enseñanza, ya que he conocido la misma desde dentro de la ikastola, donde he ejercido la docencia desde hace muchos años. Al principio me hice un esquema y a los seis meses ya tenía la base del trabajo. Luego estuve un año dándole vueltas para mejorarlo. Es un librito ya que tiene pocas páginas.

-¿Qué pretende con este trabajo?

-Quiero que sea un testigo que pasamos a las siguientes generaciones, con nuestro trabajo en la ikastola, con ilusiones, planes y nuestros ideales. En él se plasma lo que pensábamos cuando éramos jóvenes y los proyectos en los que nos enmarcamos. Por eso pretendo trasladar esas ideas a la siguiente generación y a los padres también.

-¿Qué evolución ha percibido en la enseñanza?

-Pienso que en los padres y niños no ha habido cambios en cuanto a los factores subjetivos. Lo que pasa es que ha cambiado tanto el contexto como seres que nos vamos adaptando a lo que tienes alrededor. Esa adaptación hace parecer que ahora hayamos cambiado a los niños. Yo creo que el ambiente externo de la sociedad es bastante fuerte y pese a todo nos adaptamos. En ambientes más equilibrados, los padres y los niños también son como éramos antes.

-¿Y entonces, qué es lo que se percibe?

-Lo que pasa es que esas críticas que se perciben ahora de que los padres y educadores somos más permisivos y que los niños hacen lo que les da la gana, no lo observo. Yo creo que los padres hacen lo que puede a la hora de educar a sus hijos según las pautas. Existe poca ternura en la sociedad actual y poca risa y ayuda. Los valores de fuerza, del gano yo, es lo que predomina.

-¿La competitividad es un cáncer de esta sociedad?

-No hay que ir en contra de la competitividad directamente, porque el ser competitivo no está mal. Lo malo es que esa competitividad se convierta en el valor único. Si eres capaz de combinar competitividad con ayuda a los demás, ser más solidario, entonces estará mejor. Somos animales y como tal somos competitivos. La manera de educar en la competitividad es trabajar en los valores, que parecen distintos. Yo ahí si es que he cambiado los esquemas, cuando antes iba en contra de la competitividad, ahora intento educar otros valores. Me parece mucho más sano.

-¿Se han perdido los valores de antaño?

-Hay una cosa que no nos gusta hablar que es el sistema económico que en el que vivimos, que todos queremos ganar más. Y no hemos encontrado una respuesta a este sistema capitalista, que ahí si la competitividad es el único valor. A este sistema no le pidas solidaridad, que de eso no entiende. Solo entiende de ganancias y no mira cómo ha quedado el otro. Este sistema, queramos o no, está influyendo terriblemente en todos los aspectos de la sociedad, y en la educación se nota.

-¿Y cómo se puede cambiar?

-La educación debería basarse más en aspectos mucho más humanos y no guiarse por los parámetros de una sociedad guiada por el sistema económico. Si la idea es de ser cada vez más ricos, no hay nada que hacer y en las escuelas tendremos muchos problemas.