La asociación cannábica Kalamuzale Elkartea se siente «acosada»

Desde Kalamuzale aseguran que «ya llevamos sufridas dos intervenciones policiales, una en un caserío en la localidad de Astigarraga, en unos invernaderos, hace un año y la otra en la propia sede social a principios de este 2014, dejándonos toda la sede precintada una semana, y después desprecintando sólo la mitad hasta que algún día el juez nos dé la razón y podamos por fin continuar». Los denunciantes afirman que «nos acosan en cualquier momento pero esta última vez se han sobrepasado con nuestros socios de una manera ilógica y desproporcionada» y consideran que lo ocurrido «ha sido una provocación. Buscaban volver a intervenir en Kalamuzale, pero tenemos claro que por tercera vez no pasarán, no sin una orden del juez o la jueza que lo consienta».

Relatan que en esta última vez, «por miedo a seguir viendo a los socios pasar malos ratos y por miedo a sufrir una tercera intervención, por tercera vez sin orden judicial nos vimos obligados a cerrar. Aparte de eso daba vergüenza ver cómo a cada socio que salía le retiraban su cannabis que portaba en la vía publica y acababa de retirar para consumirlo después en un lugar privado».

Unos sí, otros no

Los responsables de Kalamuzale elkartea creen que «sólo se interviene y acosa a algunos pocos, dejando a otros hacer lo que quieran sin tener la más mínima presión policial. No es normal que en dos años hayamos tenido dos intervenciones, las dos sin orden judicial, y varias cosas más que nos han pasado en la comisaría de la localidad de Hernani. Estamos estudiando con nuestro abogado si debemos interponer alguna denuncia, al menos lo tenemos todo grabado y uno de los agentes identificado», queriendo dejar bien claro que «nosotros somos gente normal, gente joven, trabajadora y sin ningún tipo de 'padrinos'. Hay por ahí gente que viene con estructuras gigantescas trayendo el turismo cannábico a Euskadi mediante coffeshops resguardados bajo el paraguas asociativo y eso no parece molestar a nadie, ni al ayuntamiento de Donosti, ni a la guardia urbana, ni a la Ertzaintza ni a nadie. ¿Qué curioso no? Nosotros con el alcalde y la guardia urbana del pueblo no tenemos ningún problema, pero ¿por qué se nos acosa desde la comisaría de Hernani?, ¿Por qué lo hacen teniendo que vernos las caras el próximo 25 de noviembre en los juzgados? Nos gustaría saber si cuando el juez nos dé la razón nos seguirán acosando».