El montañero Alex Txikon explicará hoy su ascensión al Nanga Parbat

A las ocho de la tarde Alex Txikon estará en el auditorio para ofrecer una charla audiovisual en la que relatará su gesta del pasado mes de febrero, cuando logró la primera ascensión invernal al Nanga Parbat. Las entradas cuestan tres euros y la taquilla del auditorio abrirá a las seis de la tarde.

Txikon, el menor de trece hermanos, nació en diciembre de 1981 en Lemoa. Ya con tres años subió al Gorbea, a los diecisiete conoció la cordillera del Pamir y a los veintiuno coronó el Broad Peak, primero de sus diez ochomiles. Además de montañero, es aizkolari, escala en roca y también ha practicado salto base. Se define como «un amante insaciable de la aventura, de la exploración, que disfruta viajando y conociendo gente».

Trabajó como cámara de altura para el programa de televisión 'Al filo de lo imposible' y en 2008 se incorporó al proyecto '14x8.000' de Edurne Pasaban pero en 2011 optó por cambiar de rumbo y explorar nuevas maneras de hacer alpinismo. Entonces se embarcó en las expediciones invernales por las que actualmente es conocido y reconocido, en las caras norte, en las grandes paredes, nuevas rutas, estilo alpino. Fue una apuesta por proyectos menos exitosos (en cumbres) pero «infinitamente más valiosos y satisfactorios desde el punto de vista alpinístico».

En ese contexto se enmarca su ascensión al Nanga Parbat, la novena montaña más alta del mundo (8.126 metros) y conocida como 'la montaña asesina', que se cobró una treintena de víctimas antes de ser conquistada por primera vez en 1953.

Al segundo intento

El Nanga Parbat era además uno de los dos únicos ochomiles que nadie había logrado ascender en invierno. Lo hicieron Txikon, el pakistaní Ali Sadpara y el italiano Simone Moro, el pasado 26 de febrero. Era el segundo intento del vizcaíno, que un año antes tuvo que darse la vuelta cuando le quedaban aproximadamente tres horas para hacer cumbre.

Tampoco esta vez se lo pusieron fácil la inmensidad del macizo, las grandes distancias y enormes desniveles a salvar, el clima constantemente frío pero imprevisible y las dificultades técnicas propias de la ruta elegida. Sin embargo, Txikon y su equipo supieron aprender de experiencias previas, y actuar en base a una buena estrategia logística, duro trabajo en equipo y también altas dosis de paciencia.

Pero, más allá de la consecución de un mero reto deportivo, alcanzar la cima de la también conocida como 'Montaña Desnuda' representa sobre todo la recompensa a la perseverancia, la tenacidad y la pasión con las que Txikon ha perseguido y trabajado su sueño durante cinco inviernos. Supone un punto de inflexión en su carrera y lo contará esta tarde en el auditorio.