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El edificio construido en el siglo XVII se ha convertido en un Centro de Interpretación.
Con la pólvora llegó el cambio

Con la pólvora llegó el cambio

El polvorín se conserva casi intacto desde el siglo XVII, cuando fue construido como almacén de pólvora

YLENIA BENITO

Domingo, 21 de febrero 2016, 01:22

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Las murallas que hoy decoran Hondarribia, antaño fueron mucho más. Por ellas y en ellas han sucedido todo tipo de acontecimientos. Han sido el quebradero de cabeza de reyes y tropas enemigas. Han protegido a hondarribitarras, pero también a príncipes y princesas como Felipe el Hermoso y Juana la Loca, que pasaron tres noches en la villa. Han sido testigo de derrotas y victorias. También han sido frontera por la que no han querido pasar algunos ni en época de paz, como Luis XIV, que no acudió a su boda con la infanta María Teresa en la parroquia.

En la Edad Media, cuando le otorgan el título de villa, Hondarribia está protegida con una fortificación medieval. Es una muralla muy alta, acorde con el tipo de armamento de la época. Pero en el siglo XV, las ballestas y los luceros del alba se reforzaron con cañones. Apareció la pólvora. Para soportar el impacto de los cañones las fortalezas debían ser más gruesas y no tan altas como las medievales.

Las murallas renacentistas

Los Reyes Católicos ordenaron refortificar Hondarribia e Isabel I concedió a la villa todos los privilegios necesarios para que cumpliera su función de plaza fuerte. Era un lugar estratégico por su carácter fronterizo, por lo que siempre estuvo en el punto de mira de los reyes y sus enemigos.

Carlos V, nieto de los Reyes Católicos, también se preocupó por la fortaleza hondarribitarra. Cuentan algunas leyendas que el Rey pasó toda una noche en vela asegurando la solidez de las murallas y que partió muy satisfecho. De hecho, a él se le atribuye la segunda refortificación importante de la villa. Es en la época de Carlos V cuando se termina de construir la muralla renacentista que vemos hoy en día. Con estos trabajos también se levantaron otras defensas como el baluarte de San Felipe o el polvorín.

Con la pólvora Hondarribia se reforzó pero también sufrió. A lo largo de su historia soportó hasta seis grandes asedios. En la mayoría de ellos los hondarribitarras resistieron, como en 1638, cuando las tropas francesas intentaron entrar por sorpresa. Pero en dos ocasiones, las murallas que habían sido remodeladas para resistir los ataques de los enemigos, no funcionaron. En 1719 y en 1794 Hondarribia salió derrotada y las tropas lograron atravesar su fortificación. De hecho, es en ese último ataque de 1794, cuando la plaza fuerte que fue la ciudad quedó destruida.

Almacén de pólvora

En el siglo XVII se construyó el edificio que hoy en día aún se mantiene en pie en la calle Javier Ugarte. Se conoce que Hondarribia tuvo al menos dos polvorines y éste es el que ha sobrevivido al paso del tiempo. Su función no era otra que la de almacenar pólvora en sus dos plantas. Hoy en día es el punto de partida de uno de los recorridos que ofrece Arma Plaza Fundazioa para conocer todos los secretos de la historia de Hondarribia como ciudad amurallada.

El lugar es pequeño y estrecho, y aunque conserva sus paredes intactas, ya no huele a pólvora. Su forma original ha cambiado, ahora el polvorín consta de una sola planta y únicamente se puede acceder por una de las dos puertas, la de la primera. La entrada de la antigua segunda planta está cerrada, pero sigue siendo visible.

El edificio sigue siendo igual de emblemático, pero ya no es un almacén. Ahora se ha convertido en un Centro de Interpretación de la ciudad amurallada. En su interior se han colocado bancos y una pantalla que ocupa la pared frontal. En ella se proyecta un audiovisual en el que combinando imágenes antiguas y actuales se cuenta la historia de la ciudad.

Durante quince minutos el vídeo relata el origen de Hondarribia, sus asedios, la evolución de su entorno y algunas curiosidades históricas poco conocidas y sorprendentes que suscitan las ganas de recorrer muchos rincones con encanto de la ciudad hondarribitarra.

El Ayuntamiento de Hondarribia tiene entre sus objetivos potenciar los recursos patrimoniales del casco histórico con fines culturales y divulgativos. Con el proyecto del polvorín se pretende, por un lado, recuperar un edificio emblemático e importante en la historia de Hondarribia como ciudad amurallada, y por otro, adecuarlo para el uso común de todos los ciudadanos. De hecho, cualquiera puede disfrutar de esta visita acercándose a la oficina de turismo de Arma Plaza, solo hay que reservar cita previa. En ese mismo local además, se puede conocer la historia de Hondarribia con una exposición permanente.

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