Camino a clase a ritmo de caracol

Oin Alai inició su andadura con mucho brío el año 2010, presentándose como una propuesta dirigida a animar a que los niños de tres a 10 años fueran caminando hasta sus respectivos centros escolares. El número de niños que participaron en la primera edición superó la barrera de los noventa. Sin embargo, la iniciativa ha ido decayendo y este curso se han apuntado 44 (16 niños de la Ikastola y 28 de la Herri Eskola), la mitad de los que dieron su nombre en aquella primera edición. Otro tanto se puede decir de los voluntarios (padres, madres y familiares) que acompañan a los pequeños en su recorrido y velan por la seguridad de la marcha. En 2010 fueron más de treinta los voluntarios que se sumaron al proyecto y este año han sido 14 (seis en la Ikastola Elgoibar y ocho en la Herri Eskola). Iniciativas como la de ayer quieren servir de aliciente para que nuevos padres se animen a inscribir a sus hijos en Oin Alai el próximo curso y para que ellos mismos se sumen al proyecto participando como voluntarios.

El Ayuntamiento de Elgoibar, la Herri Eskola y la Ikastola apuestan por que el proyecto siga adelante y así quedó de manifiesto en los encuentros que llevaron a cabo al inicio del presente curso con el objeto de analizar la situación. En aquellas reuniones se tomaron en cuenta las aportaciones de los consejos de padres y madres de ambos centros escolares, los profesores, distintos departamentos del Ayuntamiento de Elgoibar (Urbanismo, Medio Ambiente y Policía Municipal) y Projekta, la asesoría técnica de Debegesa. En ella se analizó la situación actual de Oin Alai, los problemas por la concentración de vehículos en los que los padres llevan a los niños en las horas de entrada y salida de los centros escolares, las mejoras en el ámbito de la seguridad en el recorrido que completan los niños y sus acompañantes (señalización, pasamanos en escaleras...). Las actuaciones propuestas, entre las que se encuentran talleres sobre movilidad para los más pequeños, tienen un único fin, que Oin Alai y los beneficios que aporta continúen presentes el próximo curso. «Los más pequeños disfrutan de la experiencia de ir a la escuela junto a sus compañeros. Esa marcha hace que se despejen y les permite llegar a clase alegres y activos. Con Oin Alai no es necesario el coche, lo que permite recuperar la calle para los peatones, y, además, la seguridad de los niños durante el recorrido está garantizada en todo momento», señalaron los promotores de la iniciativa.