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FÉLIX MORQUECHO
EIBAR.
Domingo, 15 de octubre 2017, 00:32
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Un terreno tan especializado como la música clásica hace que llegar arriba sea tan difícil como jugar la 'champions'. Es necesario que el talento y el trabajo se encuentren en el mismo camino con las ganas de convertir un instrumento en compañero de vida, y todo eso no se da muy a menudo. Andrea González Caballero (Eibar, 1992) no tuvo que salir de casa para encontrarse con una guitarra entre las manos, pero con el paso de los años el instrumento le ha montado en un avión para comenzar un viaje que por ahora le ha llevado hasta su primer disco.
La carrera musical se desarrolla normalmente a volumen bajo pero en junio del pasado año Andrea González saltaba a los titulares al conseguir el primer premio en el Concurso internacional de guitarra Alhambra, por delante de dos finalistas procedentes de Rumanía y Ucrania y ante intérpretes de una docena de países. La dotación del premio incluía la grabación de un disco, y este trabajo vio la luz el pasado verano. «El premio incluía la grabación de un disco con la discográfica Naxos, que tiene distribución internacional y bastante prestigio en música clásica» explica la guitarrista desde Lisboa.
La grabación se llevó a cabo en la ciudad canadiense de Toronto. «Se hizo en un sitio específico al que nos hacen ir por su acústica» recuerda la guitarrista. «Es una iglesia moderna que tiene una acústica especial para la guitarra, y además grabamos con un ingeniero que también tiene mucho prestigio». A pesar de estar ya acostumbrada a subir a los escenarios era la primera ocasión en la que la eibarresa se encontraba ante el trabajo de grabar un disco. «La verdad es que no ha sido fácil» apunta. «Fue mucho trabajo, es algo que requiere muchas horas de concentración al día. Antes de empezar no sabes cuáles van a ser las condiciones y tienes que amoldarte al sitio, a los horarios que te marcan... No es lo mismo tocar un concierto que estar pendiente de cada detalle y de cada nota, saber que tiene que estar sonando todo limpio».
La necesidad de tocar todo el material con el nivel de calidad que requiere una grabación así fue un plus de responsabilidad. «En un disco todo tiene que estar perfecto, y eso hace que el trabajo sea complicado. Además era mi primera experiencia de este tipo y a todo eso se suma el tiempo, que estaba muy comprimido» recuerda.
Autores como su profesor Joaquín Clerch, Tárrega o Albéniz se asoman a la carátula del disco en un repertorio en el que Andrea González Caballero se sintió en su salsa. «El programa lo he escogido yo, unas obras con las que yo me iba a encontrar más cómoda». A ese programa se suma en el disco una obra del compositor Emilio Calandín comprometida por el concurso que organiza la firma de guitarras Alhambra.
Ser novata en una grabación no impidió que la guitarrista eibarresa pudiera tomar parte en el proceso de postproducción. «Durante el proceso de montar el disco tuve la suerte de poder participar eligiendo lo que más me gustaba, cuál de las partes de algunas obras había quedado mejor... por eso el resultado final lo podía ir viendo en el proceso. Creo que ha quedado un buen trabajo, y estoy contenta con el resultado» agradece.
El disco salió al mercado el 11 de agosto y a pesar de no contar con datos de ventas Andrea González Caballero está satisfecha por su distribución. «Está en las plataformas de internet, en Amazon, en iTunes, se pueden comprar pistas sueltas... se ha puesto al alcance de la gente y el que quiera puede conseguirlo» apunta. «Sé que no es una cosa que va a tener unas grandes ventas. Si Bisbal no vende lo mismo que se vendía hace años, ¡pues imagínate la música clásica!» apunta.
El premio logrado el año pasado le permitió también realizar una gira de conciertos y clases por seis ciudades de China, una experiencia de la que acaba de aterrizar. «He dado cinco conciertos en seis ciudades y varias 'master class'. He podido conocer cómo estudian allí, el nivel que hay, la cultura, cómo ven la guitarra...» explica sobre un país en el que ha visto grandes cambios de una ciudad a otra. «Tal vez en China la guitarra no esté tan extendida como un violín, pero sí que se ve que les gusta. He visto fabricantes de guitarra chinos, y veo que les gusta fijarse en el modelo de la guitarra española, saben que realmente de donde procede es de España y por eso les interesa mucho».
A sus 24 años la gira por China le ha supuesto una experiencia más que sumar a la mochila, un bagaje en el que a partir de este año se incluye también un disco.
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