La recogida de alimentos para el pueblo saharaui se cierra el día 31

La campaña está ya en marcha y continuará hasta el 31 de enero en la mayoría de los supermercados de Eibar, y también en Elgoibar. Se trata de recoger alimentos no perecederos como arroz, pasta, legumbres o latas de conserva. «A pesar de la crisis y a pesar de que en los meses previos hay otras recogidas de alimentos, la respuesta de la gente suele ser muy positiva. Nos sorprende ya que llegamos a reunir cada año cerca de 4.000 kilos», señalan los integrantes de la asociación.

El alcalde Miguel de los Toyos se acercó ayer al supermercado Villalba para mostrar su apoyo a la campaña de recogida de alimentos. «Hay que dar presencia a campañas como ésta. En la sociedad hay sensibilidad con estos temas, se ha visto el éxito de las campañas del Banco de Alimentos, pero a veces hace falta dar un empujón y recordar que sigue habiendo necesidades».

La campaña de recogida de alimentos es una de las principales actividades de la asociación Eibar-Sahara Elkartea, una pequeña agrupación que trabaja para dotar la caravana que llevará la solidaridad vasca a los campamentos de Tinduf a finales de febrero. En Eibar son una decena de integrantes, «pero contamos con la colaboración de gente voluntaria que nos ayuda en los trabajos que hay que hacer en estas campañas», agradece Edurne Uzkudun. La caravana viajará por undécima edición con el objetivo de paliar el déficit que sufre una población desplazada de su lugar de origen. «Es muy necesario. Si no fuera por estas iniciativas la situación sería aún más grave», señalan.

Los siete establecimientos que colaboran con la campaña en Eibar y los dos de Elgoibar disponen en sus locales de carros o cajas con el cartel de la campaña. Se trata de invitar a la población a que a la hora de hacer sus compras tenga en cuenta a quienes lo están pasando peor. Sin embargo, cada año surgen nuevas necesidades y esta vez el objetivo de la asociación eibarresa es conseguir la donación de dos elementos clásicos de la industria eibarresa. «Nos piden máquinas de coser, de las que funcionan con pedal, y también bicicletas estáticas». Elementos que en ocasiones pueden ser un estorbo en casa son necesarios en las escuelas de educación especial con las que se colabora desde Eibar.

Ansia de supervivencia

Los campos de Tinduf acogen a una población refugiada de 260.000 personas aproximadamente, en su mayoría mujeres y niños. El ansia de supervivencia ha llevado a que en estos enclaves se hayan puesto en marcha escuelas, talleres y hospitales, hasta el punto de reducir al mínimo la tasa de analfabetismo. Todo ello requiere la solidaridad internacional. Por ese motivo Eibar-Sahara Elkartea celebra dos veces al año la venta de libros de segunda mano, con la que adquiere productos de desayuno. Además, cuentan con colaboración desde las farmacias y los centros escolares.