Secciones
Servicios
Destacamos
PPLL
Miércoles, 29 de marzo 2017, 00:11
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Hace un par de meses entró un búho en la ermita de Antigua con intención de anidar en ella. «Era un ejemplar precioso, con unos colores, un pico y unas garras...», afirma José Román Urkiola. Antes de comprobar con sus propios ojos la presencia de la rapaz, los Amigos de Antigua ya tenían constancia de su existencia por «los excrementos. Asimismo, en la zona del altar había musgo, ramas, hojas... para el nido». De hecho, enseguida constataron que no había un búho, había dos. La pareja había entrado por «la parte del presbiterio. Entre los muros y el tejado hay una abertura para que la madera respire, que estaba cerrada con una red. Los búhos rompieron esa red y accedieron por ahí», continúa Urkiola. Localizado el agujero y lo arreglaron. También se consiguió que las rapaces salieran. No obstante, una de las aves «ha vuelto a entrar por otro sitio, ha roto la red por otro punto y vuelve a estar dentro. Vamos a aprovechar el andamio para volver a arreglarlo». El búho «anda a sus anchas».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El juzgado perdona una deuda de 2,6 millones a un empresario con 10 hijos
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.