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Un grupo de turistas, ante la catedral de Santa María. IGOR AIZPURU
El mal tiempo ralentiza el ritmo de las  reservas hoteleras  para Semana Santa

El mal tiempo ralentiza el ritmo de las reservas hoteleras para Semana Santa

Los establecimientos prevén que, pese a todo, las noches del jueves y el viernes la ocupación será muy alta, pero el resto de los días caerá bastante

MARÍA JOSÉ PÉREZ

VITORIA.

Sábado, 24 de marzo 2018, 00:19

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Los responsables de los hoteles de Vitoria miran al cielo con la esperanza de que las nubes vayan pasando, la lluvia conceda un tregua, y el sol -que ya calienta cuando se vive una primavera normal- se imponga. En sus ordenadores, entre los documentos de trabajo habituales se cuelan las páginas meteorológicas. Porque de que los pronósticos hablen de buen o mal tiempo dependen, en gran medida, los resultados en sus establecimientos del próximo periodo vacacional, la Semana Santa. «El tiempo es fundamental, yo diría que el factor único», afirma Nahikari Alonso, responsable de marketing del hotel Jardines de Uleta. «Lo que más influye es la climatología», añade desde el Silken Ciudad de Vitoria su directora, Leire Aramburu.

También las hay quienes resaltan la importancia de las fechas. «Cuando cae en marzo, es peor que cuando toca en abril», coinciden Gema Guillerna, directora del NH Canciller Ayala, y su homóloga en el Holiday Inn, Natalia Lasarte. El ritmo de las reservas avala con cifras sus palabras, a las que se suma Olga Martín, subdirectora del AC General Álava: «Vitoria es una ciudad de paso y si la previsión meteorológica es apta, influye bastante», aporta.

Predicciones al margen, de momento el último temporal y los días continuados de frío han jugado en su contra. «Las reservas van muy despacio», señalan. Sin embargo, tanto ellas como Gonzalo Menéndez, del Abba Jazz, admiten que los días centrales, jueves y viernes, e incluso el sábado, se prevén buenos en cuanto a ocupación. «De momento no hemos tenido cancelaciones», se congratula el portavoz del alojamiento situado en la calle Florida. Precisamente ese es otro frente que temen en los hoteles. «Tenemos miedo a las cancelaciones si el tiempo empeora», admite Martín.

Dejar la reserva para última hora o cancelar es más habitual en Semana Santa porque «recibimos un tipo de turista que viaja en su propio vehículo y si las carreteras no están bien, no sale», explica Aramburu.

Así, también se entiende que influya el momento del año en el que se celebra la Semana Santa, ya que cuando llega avanzado abril es más probable que el tiempo sea benévolo, como sucedió el año pasado. Y ahí reside otra de las claves al interpretar cómo será este periodo festivo para los alojamientos, que el año pasado fue «magnífico», «fantástico», «nos puso el listón muy alto», admiten desde los hoteles, que vuelven a tener en los turistas de otros puntos de la geografía española su principal nicho de clientes.

El origen también marca la duración de la estancia. Este año, por ejemplo, el Lunes de Pascua (2 de abril) sólo será festivo, además de en Euskadi, en Navarra, Baleares, Cataluña y la Comunidad Valenciana, con lo que hay menos mercado y la ocupación mayoritaria se concentrará en «jueves y viernes», indica Guillerna, «viernes y sábado, que estaremos completos», reconoce Lasarte, o «esos tres días, que posiblemente conseguiremos llenar, pero está costando mucho», aclara la directora del Silken. En todos los casos, el resto de fechas se presentan más flojos que el año pasado.

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