La vida dejará de ser cuesta arriba

La construcción de este nuevo ascensor público figuraba en el 'top 6' de las propuestas que más votos recabaron en la consulta ciudadana realizada en diciembre preguntando a los arrasatearras en qué invertirían 250.000 euros del presupuesto municipal. Tras las demandas de un 'txikitxoko' para niños de 0-6 años y una instalación pública para limpieza y mantenimiento de bicicletas, la petición de un ascensor para Erguin aparecía entre las iniciativas más secundadas.

Por otro lado, este proyecto está contemplado en el Plan de Movilidad como la siguiente actuación a realizar tras el ascensor de Makatzena, cuyas obras de construcción han comenzado esta semana y se prolongarán durante 7 meses.

El primer paso hacia la materialización del futuro elevador de Erguin costará 48.400 euros, que se emplearán en contratar los servicios de una ingeniería para que localice el lugar «más favorable desde un punto de vista económico, social, paisajístico y ambiental» para su construcción. Para ello, el ayuntamiento ha delimitado un área que comprende desde la plaza Udala hasta la viviendas del Polo Garaia. A todo lo largo de la avenida Uribarri se podrá emplazar el punto de partida del sistema de ascensores que habrá de subir hasta las últimas viviendas de las calles Anboto y Jauregibarria.

La ingeniería que resulte adjudicataria redactará un 'estudio de localizaciones' que desarrollará diferentes alternativas de implantación del sistema de ascensor. Se deberán trabajar diferentes localizaciones, composiciones, obras complementarias y soluciones tecnológicas.

Las alternativas deberán tener un grado de detalle suficiente para posibilitar al ayuntamiento escoger la opción que deberá desarrollarse.

La ingeniería que reciba el encargo municipal tendrá un plazo de seis meses para completar el proyecto: dos meses para el estudio de alternativas; dos para el anteproyecto de implantación, y dos más para la redacción del proyecto de ejecución.

El ascensor, entre otras cosas, deberá generar el mínimo de afecciones a los vecinos; tener dimensión suficiente para albergar, al menos, o bien una bicicleta en posición de rodadura, o bien un carro de bebé doble; quedar integrado en el paisaje, cuidando especialmente su aspecto estético; cuidar especialmente los criterios establecidos en materia de urbanismo de género, e incorporar una instalación de vídeovigilancia.