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Joaquín Delgado, Larri y Mauro Entrialgo.
El TMEO salpica tres décadas

El TMEO salpica tres décadas

La revista de humor gráfico celebró 30 años con una muestra en Zas, gastronomía y firmas

NATXO ARTUNDO

Sábado, 18 de febrero 2017, 00:12

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'Cómele la salchicha a Herminio' o el 'Cóctel Tifus' son los «desmadres gastronómicos» que acompañaron la inauguración de la exposición en torno a los 30 años de la revista TMEO. Fue en Espacio Zas (Correría, 84), donde los dibujantes Joaquín Delgado -Kini-, Mauro Entrialgo e Iñaki Larrimbe prologaron el jueves esta apertura oficial. 'La Factoría TMEO' reúne portadas, carteles, piezas originales y algunos tótemes de la revista de humor gráfico, como el icónico personaje Herminio Bolaextra o la publicación que salpica al guardia en la cara, a la sazón, logotipo del treintañero fanzine.

«Es una revista donde no se cobra dinero por colaborar», define Mauro Entrialgo, y destaca el papel de impulsar a quienes comienzan y el de servir de laboratorio para nuevas aventuras de autores ya experimentados (como su reutilización de viñetas vetustas con nuevos guiones). El sábado firmó tanto ejemplares de la última entrega de la veterana publicación como álbumes del incombustible reportero provisto de un trío testicular, una insaciable sed de Ricard y una compulsiva afición por la intoxicación por vía nasal. O el nuevo de Ángel Sefija, que presentará en breve en Madrid.

Antes de presentar el conjunto que se muestra los jueves y viernes de 19.00 a 21.00 horas y los sábados de 11.00 a 13.30 horas, hasta el 13 de marzo, Mauro remachó que la revista no acepta publicidad de grandes empresas ni de instituciones. «No hay una publicación con un cabecilla único que haya logrado durar tantos años. Y, al no haber reparto de pastel, hay menos tortazos por él. Estamos porque nos gusta». Tras incidir en la independencia de la revista, Larri apuntó que «el TMEO es muy asambleario, hay una junta directiva en la que estamos todos los históricos, una docena de personas que llevamos casi desde el principio», indica Larri y cita a compañeros como Kini (Joaquín Delgado es el coordinador de la revista), Mauro Entrialgo, Abarrots, Ata o Santi Orue. «Es un milagro que, funcionando de esta manera tan caótica, salga el número», comentó el diagramador que, tras repasar el material con Kini, somete al consejo de redacción la propuesta para el nuevo número.

Los chistes, secuencias de viñetas, tiras o páginas suponen una serie de formatos tan diversos que acaban convirtiendo la compaginación en una especie de tetris. Y quien juega con todas estas piezas es Larri, a quien este trabajo ha hecho, poco a poco, dejar de dibujar historietas.

Iñaki Larrimbe recordó «el salto a revista profesional, con distribución en toda España y así pagar a los dibujantes con las ventas. Eso fue dos años después de empezar, en 1988, cuando nos dieron el premio al mejor fanzine europeo. Al año siguiente, premio al mejor fanzine español en el Salón del Cómic de Barcelona. Así en 1991 decidimos crecer a 15.000 ejemplares y llegar a toda España. Hubo varios problemas: no controlar muy bien el mundo profesional, nos falló la publicidad... Cuando sacamos el tercer número en esta secuencia nos empezaron a llegar las devoluciones del primero y el segundo, y nos dimos cuenta de que estábamos totalmente arruinados», expone Larrimbe.

Y estos hechos llevaron a otros. Como la anécdota del calcetín, en pleno año de Cobi y Curro. «Estaba el TMEO en la ruina, a punto de cerrar. El distribuidor regional -una persona que llevaba el TMEO de bar en bar y de tienda de discos en tienda de discos- recordó que guardaba las monedas de cien pesetas en un calcetín», explicó Larri, con la advertencia de que la suma cambia dependiendo de quién cuente la historia. «Creo que eran 40.000 pesetas. Con ese dinero -más algo que pusimos unos cuantos- pudimos sacar el número. Fue cuando el TMEO vino a Vitoria y, desde entonces, tiene aquí su sede», subrayó.

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