Fusión de teatro y danza en 'Itsasoaren emazteak'

Las conocidas actrices Miren Gojenola y Agurtzane Intxaurraga, se suben al escenario junto a dieciocho bailarines, y mientras cosen y tejen sus redes al vaivén de las olas, hilan una historia de mujeres con aroma a salitre en la que los intérpretes bailan a través de sus ojos, cantan a través de su garganta, y hablan sobre sus doloridas manos de piel salada. Son las esposas del mar, la sal y pimienta de la vida de la costa de Euskal Herria. Rederas de oficio, sardineras de afición...

El montaje, que podrá verse en Oñati (10 euros), es una adaptación, a formato pequeño, de la obra que en grandes escenarios reúne a sesenta bailarines y cuatro músicos en directo, además de a las citadas actrices. Una fusión de danza, música y teatro que tiene visos de consolidar una fructífera relación artística.

No es, sin embargo, la primera vez que Oinkari Dantza Taldea e Hika Teatro trabajan juntos. Ya lo hicieron en 'Amantalen ahotsa'. Entonces el encuentro entre los jóvenes bailarines de Villabona y Agurtzane Intxaurraga fue el resultado de un espectáculo ofrecido por Amantala Kultur Elkartea y que fue creado en honor a las mujeres que hicieron frente a la guerra civil y a la postguerra, vestidas con sus delantales.

La danza es parte fundamental del espectáculo de esta noche y aunque la edad media de los bailarines es de 19 años, la compañía Oinkari tiene una dilatada experiencia en la representación de numerosos montajes. Cabe destacar 'Infernuko hauspoa', realizado en colaboración con el grupo folclórico Korrontzi; 'Ari du', creada en colaboración con Juan Kruz Igerabide; y 'Urratsa', ideado también junto a Korrontzi y el prestigioso bailarín Igor Yebra.

En cuanto a Hika, irrumpió en el mundo teatral en 1990 con el propósito de hacerse un hueco en el mundo de las artes escénicas, y no hay duda de que lo ha hecho. En su trayectoria ha creado obras muy diversas, haciendo hincapié en los problemas sociales y dando un toque poético a sus espectáculos. Testimonio de ello son 'Ai, ama', crónica agridulce de la maternidad, y 'Aitarekin bidaian/El viaje de mi padre', relato que retrata la vejez con crudeza pero también con emotividad, y que obtuvo el Premio Donostia 2010 o 'Hitzak/ Palabras', historia sobre los maltratos emocionales.