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Japón. Los tres integrantes de Aikido Arrasate Taldea junto al maestro del Reiki Tadao Yamaguchi y su brazo derecho José Alberto Sugawara.
De Arrasate al país del sol naciente

De Arrasate al país del sol naciente

Tres integrantes de Aikido Arrasate Taldea han vivido una especial experiencia durante 15 días en Japón. El objetivo de José Manuel Matas, en su visita al país asiático, ha sido conocer más a fondo las terapias naturales basadas en la genética y la alimentación

NAGORE GOÑI

Domingo, 23 de noviembre 2014, 01:32

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El país del sushi, del manga, del sake, de la tecnología y del neón. Todos lo conocemos, aunque la tierra del sol naciente, Japón, es mucho más que esto, que todos estos estereotipos. Así lo han experimentado dos arrasatearras y un eskoriatzarra, los tres practicantes de Aikido, en el club Aikido Arrasate Taldea. Se trata de José Manuel Matas, profesor de Aikido, y sus dos alumnos Iker Beristain y Javi Corres, que recientemente han regresado de su viaje de quince días a Japón. Visitaron Tokyo, Kioto, Nara, Osaka e Iroshima, practicaron Aikido en el Gimnasio Central de Aikido 'Hombu Dojo' en Tokyo, y conocieron a maestros como Otake Sensei, de la escuela Katori con más de 700 años de tradición y el maestro del Reiki Tadao Yamaguchi. Y que es un país totalmente diferente lo comprobaron nada más aterrizar. Su cultura, su religión, su gastronomía y en definitiva su forma de vivir han atraído a Matas, Beristain y Corres, que han regresado del país asiático encantados.

Además de conocer la isla y de ser la cuna de la meditación y las artes marciales, Matas viajó a Japón con un objetivo concreto : conocer las terapias naturales a través de la genética y la alimentación. Y es que Japón sabe mucho de esto. No es de extrañar que sea uno de los países con la población más longeva del mundo. Las mujeres viven un promedio de 86 años y los hombres 79. También tiene el índice de sobrepeso y obesidad más bajo y los problemas cardiovasculares son escasos, al igual que los casos de infarto, cáncer de mama y próstata.

Matas, asegura, que todo ello no es casualidad, que la alimentación tiene mucho que ver en la salud. Según explica, todo se basa en la genética de la persona. Así según el tipo sanguíneo, la persona tolerará algunos alimentos, y otros no. «Las toxinas que tienen los alimentos afectarán en el organismo de la persona», señala. Por ejemplo, una persona con grupo sanguíneo O no tolera bien el glúten, que interfiere en el proceso metabólico, haciendo que los alimentos ingeridos se conviertan en grasa. Al igual que los lácteos, y más en concreto la leche, que el cuerpo no lo asimila con facilidad. Y así con más alimentos, que son tolerantes o no según sea del grupo O, A, B y AB. Y la alimentación repercute directamente en el cuerpo y la salud. Desde hace ya un tiempo, Matas trabaja con esta terapia natural basada en la genética y la alimentación y asegura que tiene un efecto directo en la salud de las personas. Con una buena alimentación se puede sanar o al menos mejorar, explica, enfermedades como la soriasis o la dermatitis, incluso la depresión. Como ejemplo, nombra a los pájaros. «Todos los pájaros no comen lo mismo, si le das algo que no lo procesan bien, morirán. Pues a los humanos nos pasa lo mismo. ¿Por qué en Japón los casos de cáncer de mama son escasos? la razón está en la soja, que elimina el gen de este tipo de cáncer». «Todo va en cadena y creo que las terapias naturales funcionan, tengo plena fe en ello», afirma. Ya lo creía antes de acudir a Japón y tras la vuelta se reafirma en ello. «He visitado a médicos, cocineros, expertos en artes marciales y todos ellos confían plenamente en esta alimentación racional. Aun así, Matas se ha quedado sorprendido. Y es que, asegura, que esta tradición alimentaria, así como la meditación, «se está perdiendo en Japón». El sistema americano ha llegado al lejano oriente con fuerza, haciendo mella en la cultura y costumbres del continente asiático. Pero están trabajando para volver a recuperarlo. Así se lo explicó el maestro del Reiki Tadao Yamaguchi. «Nos abrió las puertas de su casa y gracias a su brazo derecho, José Alberto Sugawara-argentino japonés-, nos pudimos comunicar con él. Además de la alimentación, tratamos el tema de la canalización de estrés, mediante la meditación», señala. Fue una gran fuente de sabiduría para Matas, que disfrutó de su conversación.

Tampoco se va a olvidar de su primer contacto con el maestro, nombrado tesoro nacional viviente, Otake Sensei, «un hombre de 90 años que sigue en activo como profesor en la escuela Katori con más de 700 años de tradición en las artes marciales. La experiencia de estos tres practicantes de Aikido, ha sido especial. Han descubierto un nuevo país, una nueva cultura, religión y sobre todo personas que les han aportado mucho a cada uno de ellos. Han sido muchas experiencias y situaciones vividas en 15 días y como asegura Matas, es díficil, muy difícil, quedarse con una de ellas.

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