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Aprender a hablar con las manos

Aprender a hablar con las manos

El centro Aransgi de la villa organiza un curso de iniciación al lenguaje de los signos para oyentes

juan a. migura

Domingo, 23 de noviembre 2014, 11:25

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Alcanzar un grado de comunicación básico a través del lenguaje de signos en la propuesta que lanza el centro bergarés de la Asociación de Familiares de Personas Sordas de Gipuzkoa (Aransgi) con el objeto de mejorar la comunicación con el colectivo de los no oyentes.

Después de 44 años de presencia en la villa, la escuela de sordos ubicada en Boni Laskurain, segunda abierta en Gipuzkoa tras la donostiarra en 1968, atesora una dilata experiencia en todas las necesidades del colectivo de sordos y siempre ha apostado por sacar fuera de sus muros el lenguaje que más facilita la comunicación entre oyentes y no oyentes. Este año vuelve a abrir las puertas para que ciudadanos de a pie, profesores, familiares y amigos de sordos adquieren conocimientos a nivel de iniciación en este singular pragmático idioma.

Como destaca el responsable de este centro, Iñaki Madinabeitia, conocer el lenguaje de los signos tiene una dificultad de aprendizaje parecida a la de cualquier otro idioma, y como ocurre con los lenguajes orales, los hay más hábiles y otros que necesitan de un mayor esfuerzo para adquirir el nuevo idioma, «en el curso de iniciación enseñamos lo que se podía denominar como a chapurrear. Como ese inglés básico que te permite viajar».

A diferencia de los lenguajes orales, por norma general, el de signos es algo más accesible al ser visual pero también requiere de un esfuerzo personal.

Varios niveles

En la villa se impartirá a partir de enero el curso de iniciación al lenguaje de signos que tiene la inscripción abierta en el centro comarcal de sordos, teléfono 943762703. Las clases se ofrecerán todos los miércoles, de 19.00 a 21.00 horas. El precio del curso de 30 horas lectivas es de 87 euros. Serán grupos de un máximo de 25 personas. Además de este nivel básico, se da la posibilidad de acudir a cursos para iniciados del nivel dos y tres «cada curso es de 30 horas y se puede adquirir un conocimiento importante con los tres. De ahí para arriba hay cursos de perfeccionamiento en las capitales».

Los alumnos adquirirán conocimientos en el lenguaje de signos que predomina en la península ibérica, ya que aunque existe un esperanto de los sordos, se ofrece el mayoritario a nivel de España y Portugal.

La realidad es que, como apuntan desde el centro, con lenguaje de signos se puede comunicar uno mejor a un nivel básico con personas de cualquier lugar del mundo, porque hay mayores similitudes en los lenguajes de signos que en los orales.

En estos momentos el centro bergarés atiende las necesidades educativas de los sordos de las dos comarcas de Deba y parte del Urola, y cuenta con 25 alumnos. Son niños que asisten a las clases ordinarias y después van unos horas a Aransgi para desarrollar su lenguaje oral y de signos «nosotros también acudimos a los centros para los refuerzos. Atendemos a sordos de los cero a los 25 años más o menos». El centro dispone de un equipo de ocho profesionales centrados en la formación y asistencia.

Una herramienta útil

Los métodos pedagógicos modernos para los sordos han abierto de lleno las puertas al lenguaje de signo que había estado marginado durante un tiempo.

Hoy en día se trabaja el desarrollo del lenguaje oral, que en la medida de las capacidades auditivas de cada individuo alcanza uno u otro nivel, y el lenguaje de signos para que puedan actuar como bilingües.

El lenguaje desarrollado con las manos se ha demostrado mucho más preciso que lectura labial que también aprenden en el centro, apunta Madinabeitia «la lectura de labios provoca más malas interpretaciones. Se calcula que alguien que domina el lenguaje de los labios sólo recibe el 30% de la información, mientras que con el lenguaje de signos hay mucha mayor precisión».

La convocatoria de los cursos se lanza a la sociedad de los oyentes para que se acerquen a la realidad de los que padecen discapacidades auditivas. El centro en su día a día, en la otra vertiente, se encarga de adiestrar a los no oyentes en estos lenguajes, «por los cursos ha pasado mucha gente con distintas motivaciones como empezar o refrescar lo que saben, pero la principal esa acceder al mundo de los sordos».

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