¿Debe mantener las paradas por la ciudad el autobús entre Vitoria y Bilbao?

Los ciclistas urbanos exponen hasta 20 razones para esta prohibición. Las más poderosas se refieren al «trastorno que supone para el tráfico urbano» y a la «discriminación que supone para los vecinos que no viven cerca de esas paradas extra». Además, señalan, motivos de cariz económico. «Las personas que cogen el autobús o bajan de él en la estación (de Los Herrán) se ven obligados a realizar por la ciudad un recorrido de 30 minutos extra en el mejor de los casos, con lo que un trayecto que habitualmente debería hacerse en 45 minutos, se realiza en 75, eso si no hay atascos en la ciudad», explican. Ese 'paseo' da como resultado que para ir a Bilbao se tarde la mitad en un coche particular que en bus. Si se saliera directamente desde Lakua, argumentan, «La Unión podría abaratar el costo del billete puesto que la duración y el gasto de gasóleo será muy inferior lo que repercutiría en beneficio del total de usuarios».

Y no solo ahorrarían los clientes. El Ayuntamiento, dicen desde Bizikletorak, tiene unos perjuicios derivados de esa permisividad. «Si las cerca de 2.000 personas, que según La Unión utilizan estas paradas extra, usaran el urbano para llegar a la estación o desde la estación a sus destinos, Tuvisa podría ingresar 246.400 euros (calculado con el precio de la tarjeta BAT, 0,56 euros, y 220 días que son los días en los que La Unión opera con estas paradas extra)». Unas paradas que se realizan, por otro lado, en las propias marquesinas de Tuvisa y que son mantenidas con dinero público.

Con su reclamación, quieren poner fin a los más de 6 años que la línea Vitoria-Bilbao lleva recogiendo y dejando estudiantes de las universidades y posteriormente realiza otra parada en la avenida de Gasteiz y otra en el parque de Arriaga. «Algo que no pasa en Bilbao», donde hace tiempo que se eliminaron estos apeaderos extra y el vehículo se conduce directamente a Termibus, junto al metro de San Mamés.

«Derecho adquirido»

De manera diferente lo ven, en ocasiones, los que a diario usan el servicio. A los universitarios, tenerse que bajar en Lakua y recorrer de norte a sur toda la ciudad no les ayuda demasiado. Y son años de costumbre que llevan a ver la escala que actualmente utilizan como un derecho adquirido. «En Bilbao hay que ir a Termibus, pero hay metro y tranvía para llegar hasta allí. ¿Qué quieren, que me baje de un bus en Lakua para subirme a otro local para completar el trayecto hasta la facultad? No tiene sentido», lamenta Eneko, un estudiante de Historia habitual usuario de esta línea.

De momento, ni el Ayuntamiento de Vitoria ni la concesionaria de la línea, la empresa La Unión, han definido con concreción qué ocurrirá con estas paradas intermedias cuando la nueva terminal esté en uso y sea punto de partida de los autocares. Carece de lógica, a simple vista, que el autobús de Bilbao llegue por Portal de Foronda y efectúe un recorrido por la ciudad teniendo la estación término justo en la entrada a la ciudad. Y lo mismo para la ruta de salida. Pero en ningún caso se ha zanjado qué ocurrirá.

La Unión, de hecho, se ha mostrado partidaria de mantener algunos apeaderos. La firma cubre más de 80 viajes diarios entre Bilbao y Vitoria y aspira a mantener las paradas intermedias -o similares en ubicación- que realiza en la actualidad al llegar o partir de la terminal de Los Herrán. «Nosotros apostamos por ofrecer un servicio de calidad y por satisfacer las necesidades de los usuarios», argumenta Jone Martínez, gerente de Autobuses La Unión, convencida de que «las paradas dentro de Vitoria son necesarias» para asegurar esa combinación. Sus autocares transportan a miles de viajeros cada día por la ciudad -no sólo con la capital vizcaína en su itinerario sino también con otras localidades como Llodio o Murgia- y cuentan de lunes a viernes con cuatro apeaderos cuya continuidad se encuentra en duda. Se trata de Portal de Foronda, justo en paralelo a la estación de la plaza de Euskaltzaindia, avenida de Gasteiz, Universidad y la terminal de Los Herrán. La más utilizada es la tercera marquesina, ubicada en pleno corazón del campus de la UPV/EHU, que los estudiantes «colapsan» entre semana.