Espectáculo nocturno, a piñón fijo

Una carrera nocturna a piñón fijo dentro de un circuito cien por cien urbano, en la que los ciclistas no llevan frenos, ni piñones adicionales y para desacelerar tienen que invertir los pedales o deslizarse, es todo un espectáculo.

Las dos últimas ediciones de la 'Surfixed' lo han constatado. Pero el hecho de que el criterium nocturno se celebrase en el marco del maratoniano programa de la 'Surf Festa' a finales de agosto, le restaba visibilidad. Así que los 'fixies' oñatiarras han decidido que ha llegado el momento de volar solos «para dar más protagonismo a lo que es el criterium y la misma bicicleta» y la fiestaKantoikrit está servida.

Hoy mismo comenzará a calentar motores con vídeo-proyecciones en los bares, y la llegada de los participantes, entre ellos Jon Ander Ortundo (ganador del Criterium Red hook de Milán) que tratará de quitarle la txapela al campeón de las dos primeras ediciones , Xabier Altube.

Lo cierto es que la participación promete, no en vano se ha doblado ya la cifra del primer año. « El constante contacto con las organizaciones de carreras de la talla de Red Hootcrit o Criterium Gijón, ayudan a nuestra carrera a consolidarse en este creciente mundo», explica Antton Zubia.

Esos contactos, la experiencia de los dos últimos años y muchas ganas de «dar a conocer un criterium único», han causado efecto y además de una nutrida representación vasca y estatal, habrá corredores alemanes, canadienses y de otras nacionalidades.

El equipo de voluntarios de Kantoikrit se define como «de unos locos aficionados al ciclismo» y sus ganas «de crecer, evolucionar y vivir en una constantes reinvención del ciclismo» les han hecho volcarse en esta aventura, organizando actividades entorno a un tipo de bicicleta que popularizaron los mensajeros neoyorquinos de los 80 y con el tiempo desembocó en carreras nocturnas, la más famosa, la de Brooklyn.

Los organizadores del Kantoikrit oñatiarra se engancharon a este tipo de pruebas en el 'High Voltage' de Bilbao en 2012, y decidieron hacer algo parecido en Oñati, pero dentro del casco histórico y de noche. Y dicho y hecho.

Circuito cerrado de 1,5 km

La principal novedad este año es que la salida (22.00 horas) y la meta estará en la plaza, en vez de en San Antón. Los corredores cubrirán el circuito cerrado de 1,5 kilómetros de longitud trece veces, completando en total 19,5 km. Cuando la moto, que siempre se mantiene unos metros por delante del primero, dobla a alguno, este queda inmediatamente descalificado.

Para Zubia lo bonito del circuito oñatiarra es que «tiene todas las características para que sea una coctelera de emociones fuertes y sensaciones». Califica el trazado como «técnico. Hay curvas en llano, cuesta abajo y cuesta arriba y hasta alguna chicane bastante técnica. En cuanto al terreno, se puede decir que el adoquín antiguo de San Antón es uno de los sellos distintivos. Ese tramo de 160 metros exige acelerar para que las vibraciones no afecten tanto en el pedaleo, y además es la zona donde se suele juntar la mayor parte del público».

La principal dificultad es que las bicicletas no llevan ningún tipo de mecanismo de frenado por lo que es necesario tener un gran dominio de las mismas. sobre todo para gestionar las curvas y evitar las caídas. Tras el espectáculo ciclista los oñatiarras Bitz y los donostiarras Gora Gora Kids, vestirán de fiesta a calle.