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J. G.
Martes, 29 de abril 2014, 09:18
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San Sebastián. El aeropuerto de San Sebastián es un portaaviones varado en las marismas de Txingudi, lugar habitual de estancia y paso de aves. El informe del departamento dirigido por Ana Oregi enumera cinco zonas de concentración y pasos naturales de pájaros entre las que destaca, por estar ubicada en el interior del aeródromo, la laguna de San Rafael.Aquí convive «una población intermitente de gaviota, ánade azulón, garza real, garceta y cormorán grande». No muy lejos, porque es un entorno en el que no hay distancias, se hallan el parque ecológico de Plaiaundi y la marisma de Jaizubia, con la misma clase de aves que en San Rafael pero asentadas de forma permanente. En otros dos enclaves, la ría del Bidasoa y la isla de los Pájaros, la población con plumas se limita a una «alta concentración de gaviotas». Y por encima de todas estas zonas vuelan de paso las aves que ya transitaban por nuestro cielo antes de que se inventaran los aviones.
Para evitar accidentes, el aeropuerto cuenta con un servicio de control de fauna que dispone de un ahuyentador digital de sonidos, una pistola para espantar a las aves, punteros láser y sirenas de vehículos.
En abril de 2005 un avión tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia por culpa de una bandada de gaviotas. Apesar de ello, la presencia de aves en las inmediaciones no preocupa demasiado a los expertos, que consideran que los pájaros saben reconocer la buena vida y entre la exuberancia de las marismas y el cemento de la pista de aterrizaje no tienen duda alguna.
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