Primer caso de 'WhatsAppitis'

Hay personas que no tienen límite, y con esto de las nuevas tecnologías empezamos a rozar lo enfermizo. Cada mañana lo comprobamos en nuestra vida diaria. Si observa usted al viandante u ocupante de transporte público verá que 'trastear' con el móvil gana por goleada en el vagón de metro o en la parada de autobús, y es que el Whatsapp, pese a sus numerosas ventajas (como enviar fotos absurdas en un grupo donde hay más de 20 personas y nadie se entiende), puede llegar a provocar males, y algunos mayores.

Si no que se lo pregunten a la joven de 34 años, y embaraza de 27 semanas, que tuvo que acudir al hospital por un dolor insoportable en la mano y en los dedos. La cuestión es que la chica había estado, durante el día de Navidad, más de seis horas contestando felicitaciones a través de la conocida aplicación, lo que le supuso un tendinitis. Según la publicación The Lancet, esto podría denominarse como 'WhatsAppitis', ya que viene dado por utilizar la aplicación durante horas y horas.

Los médicos, confiados en la integridad de su paciente, decidieron que la chica debería tomar antiinflamatorios, y además, dejar de usar el móvil por un tiempo, hasta que le dejase de doler la mano y se recuperase. Pero al contrario de lo que pensaban, la joven no pudo dejar de utilizar el 'aparatito', y por supuesto tuvo que volver a visitar urgencias con la mano y el dedo pulgar destrozados.

Esto, por supuesto, reabre el debate sobre las adicciones al móvil y sus aplicaciones, y hasta dónde vamos a llegar a la hora de utilizarlas. Este caso no es el único conocido con respecto a las tecnologías móviles. La alteración de la postura y el equilibrio en las personas que utilizan el teléfono mientras caminan son dolencias a añadir a la lista. Pero, ¿qué será lo siguiente?