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ANE URDANGARIN , DV. SAN SEBASTIÁN
Miércoles, 5 de marzo 2014, 17:58
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El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha presentado este miércoles la carta pastoral El descarte del aborto con el que quiere contribuir a un debate serio en los próximos meses con motivo de la tramitación de la conocida como Ley Gallardón. Más que una reflexión profunda desde la teología moral, la carta, de unas 20 páginas de extensión, tiene un nivel más mediático, respondiendo a las dudas que popularmente se formulan, al debate social que se está suscitando.
La principal tesis de la carta, que coge prestado el término descarte al Papa Francisco, es la importancia de la coherencia moral, ha explicado el prelado. La única manera de hablar bien del aborto no es hablar exclusivamente del aborto, sino que tiene que haber una coherencia entre todos los valores morales. Un gran drama de nuestros tiempos es la incoherencia moral. Como ejemplo, ha señalado que una sociedad sensible con la ecología que en una capital que ha hecho una opción por rechazar las fiestas taurinas, y al mismo tiempo tenemos un hospital en el que se sacrifican a los niños. Ha dado otro dato tremendo. El 22 de noviembre de1933, Hitler fue el primer mandatario en publicar una ley de protección de los animales. Para el obispo, los valores no se pueden seleccionar, están interrelacionados.
En la carta dedica un apartado a la paz, ahora que estamos en un momento en la sociedad en el que queremos apostar por el fin de la violencia. En este capítulo incluye palabras de María Teresa de Calcula, que dice que mientras haya aborto no habrá paz, una frase que podemos repetir aquí en Euskadi en este momento. Munilla es consciente de que se trata de una frase provocativa, como las cuestiones que plantea en la carta: ¿Qué autoridad moral podrían tener, por ejemplo, instituciones como la secretaría general para la paz y la convivencia, el defensor del pueblo o las conferencias de paz si no tuviesen nada que decir en defensa del derecho a la vida de los más indefensos? ¿Se puede construir una convivencia pacífica dando la espalda a la muerte violenta de más de cuatro mil seres humanos al año, solo en Euskadi, antes de su nacimiento?.
El prelado, que es consciente de que no pocos juzgarán como inaceptable estas cuestiones, ofrece en la pastoral respuestas a las dudas concretas. Así, asegura que el aborto da la espalda a una realidad científicamente innegable: hay vida una humana desde el primer momento de la concepción. A su juicio, la causa próvida está fundada en los datos de la ciencia.
Munilla que hace un alegato a favor de la esperanza y la ternura, también apela a que se eliminen las etiquetas. Aquí se ha vendido la idea de que la izquierda defiende el aborto, la derecha más o menos está en contra, pero no demasiado, parece que va por el mismo camino de la izquierda pero con el freno de mano puesto.
En este sentido, ha calificado de injusto el anteproyecto del Gobierno del PP porque la defensa de la vida no puede tener excepciones. Si se aplicase de determinada manera estaríamos mejorando y se sacrificarían miles de vidas menos. Obviamente, nos alegraríamos de ello, pero la Iglesia jamás va a bendecir un anteproyecto de ley que siga justificando el aborto.
Sobre el supuesto de violación, el obispo se ha preguntado: ¿Algunos de nosotros justificaría en caso de violación que se le condene a muerte al violador? En ninguna legislación occidental seríamos capaces de asumir eso, y sin embargo se la aplicamos al que inocentemente ha sido fruto de ella. La Iglesia no va a entrar en los dimes y diretes de un partido político internamente, lo que nos gustaría es oír hablar a todos los partidos, y también a la derecha, de argumentos morales, y no solo de conveniencias políticas.
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