Euskadi se muere de sueño

«La sociedad está enferma de sueño». Lo dice el reconocido psiquiatra estadounidense William Dement y lo confirma el neurólogo vasco Juan José Zarranz cuando asegura que dormir mal «se ha convertido en una epidemia de nefastas consecuencias tanto para la sociedad como a nivel individual». Hay gente dormida por todas partes. En la calle, el autobús, el metro, el trabajo.

El problema no es que los ciudadanos se duerman sin más en cualquier lugar, sino las consecuencias de esos ataques repentinos de somnolencia. «El déficit de sueño que sufre la sociedad actual está directamente relacionado con el rendimiento escolar, los accidentes de tráfico, la sinestralidad laboral... La central de Chernobil voló porque un controlador se durmió. Ha llegado el momento de que Occidente en general, y Euskadi en particular, se tome en serio el problema de sueño que padecemos», advierte el experto.

Cena tardía y televisión

España, según explica el especialista, jefe del servicio de Neurología del hospital de Cruces y catedrático de la especialidad en la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco, no ha sabido adaptar el horario de su sueño al horario laboral, que es el que rige la vida de las personas. Los empleados acuden a sus puestos de trabajo a las ocho o a las nueve de la mañana, una vez que los chicos han entrado en la escuela, pero ¿a qué hora se acuestan? «Mantenemos la cena a las nueve de la noche, para luego ver la película de las diez y media; y no te digo nada si eres un adicto al trabajo, que cada vez hay más, y antes de ir a la cama te dedicas a estimular tu cerebro respondiendo correos electrónicos. Nos acostamos de madrugada para levantarnos temprano. No puede ser», sentencia.

Como consecuencia, los niños, que deberían descansar un mínimo de diez horas hasta la adolescencia, se levantan cansados, no desayunan y acuden a clase cayéndose de sueño. Los adolescentes trasnochan el fin de semana, «se meten de todo y luego pídeles que el lunes a las nueve aprendan inglés, a las diez matemáticas y a las once y media, física y química». El fracaso escolar, según Zarranz, está directamente relacionado con la falta de sueño de los adolescentes. «¿Qué tasa de fracaso escolar tenemos? El 30%. ¿Sabe usted cuántos jóvenes vascos se emborrachan el fin de semana? Pues el 30%. Un adolescente que pasa dos noches haciendo lo que le da la gana es imposible que siga el sistema escolar».

A las ocho y media, a la cama

Una estudio hecho en Estados Unidos, «aplicable del todo a la realidad vasca», concluyó que el 10% de los conductores de transportes públicos, fundamentalmente autobuses, trenes y metro, reconocía haberse dormido al volante. En España, se calcula que el 25% de los accidentes de circulación está directamente relacionado con la falta de sueño; y los expertos cifran en un 10% el volumen de población con problemas de insomnio. «La sociedad tiene que cambiar. Aquí, como en el Norte de Europa, hay que cenar a las siete de la tarde y pensar en ir retirándose a las ocho y media, poco a poco, para quedarse dormido a las diez».

Zarranz recuerda que el cerebro de los niños se desarrolla «a una velocidad vertiginosa» durante el sueño y que interrumpir su descanso de 10 horas cada noche supone un ataque directo contra su capacidad de memoria. Los mayores, cada uno en función de sus necesidades, han de descansar entre 5 y 9 horas diarias. «Las pastillas contra el insomnio no son la solución», concluye el experto.