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Detrick, que salió en el quinteto inicial, busca la salida para salvar la defensa de Urtasun y acercarse a la canasta del Meriadiano alicantino. :: ÁLEX DOMÍNGUEZ
Lagun Aro GBC se lleva un gran triunfo de Alicante (100-102)
GIPUZKOA BASKET

Lagun Aro GBC se lleva un gran triunfo de Alicante (100-102)

Lagun Aro GBC se lleva un gran triunfo de Alicante, en un loco intercambio de canastas

BORJA SANTAMARÍA

Lunes, 14 de diciembre 2009, 11:31

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Dicen que cuando se sufre, las victorias saben mejor. Puede ser un tópico, pero la de ayer desde luego fue 'bocatto di cardinale'. Lagun Aro venció en una de las pistas más complicadas de este inicio liguero, el Centro de Tecnificación de Alicante, en un loco intercambio de golpes. Un partido lleno de situaciones accidentadas en el que supo mantenerse vivo, en su sitio, y hacer valer su potencial ofensivo. Después de los patinazos, de las derrotas inesperadas... Lagun Aro es séptimo. Y subiendo. Definitivamente, esta victoria es de tres estrellas Michelín.

El partido estuvo marcado por la viveza ofensiva de ambos equipos, o por la poca viveza defensiva, especialmente de Alicante. Si a alguien beneficiaba ese veloz escenario era a Lagun Aro. Cuando el luminoso tiene mucho trabajo, el que tiene mayor arsenal ofensivo suele imponerse. Y ayer, con Barbour en plan jugón, el que más talento podía desplegar era el conjunto donostiarra. Alicante amenazó al inicio con romper la baraja. Se puso ocho arriba (22-14, min. 7) gracias a tres triples casi consecutivos y a un enchufado Katelynas. Laso paró el partido y Barbour se aclaró la garganta. Tenía concierto.

Entre semana avisó de que estaba afinando la guitarra. Aseguró que su voz iba a sonar. Ayer, en el Centro de Tecnificación, atronó. Ni AC/DC ni los Rolling Stones; ayer el rock and roll lo ponía Barbour. El de Kentucky hizo honor a su apodo. Fue una ametralladora letal. Empezó a enchufarse desde fuera. Tres triples en el primer cuarto mantuvieron al equipo en el marcador (27-22).

Con Barbour sonriendo, Lagun Aro tenía mucho que decir en ese cuerpo a cuerpo. Alicante cayó en la trampa y se olvidó de lo que mejor hace como local. Su intensidad defensiva estaba por los suelos.

Además, Lagun Aro hizo desaparecer uno de sus grandes defectos. Pese a la viveza del partido, los donostiarras sólo perdieron doce balones y dispusieron de un tiro a canasta más que su rival.

El segundo cuarto siguió un guión parecido. Con Panko en el banquillo tras dos faltas en dos minutos, Barbour llevaba gran parte del peso ofensivo de Lagun Aro. Miralles se enzarzó en un pique con Mario Austin tras una falta dura del pívot de Alicante. El estadounidense fue el más perjudicado. El partido se fue calentando poco a poco.

El ritmo bajó cuando Alicante se puso en zona, a falta de cuatro minutos para el descanso. Lagun Aro falló varios ataques y Alicante se aprovechó del bonus y del bajo listón de los árbitros para abrir un parcial de 8-2 (46-40). Lagun Aro volvía a estar en el alero, pero de nuevo supo estar. Un triple de Ignerski desde la esquina y un canastón de Barbour suspendiéndose en el aire ante los 2,16 de Andriuskevicius apretaron el marcador. Lagun Aro, con dos minutos de Panko, estaba tres abajo al descanso (48-45).

Desbarajuste

Tras el descanso llegó el desbarajuste. El desorden. Para el minuto ocho ya se habían señalado dos antideportivas, una a Doblas y otra a Urtasun. El partido entró en una fase de descontrol absoluto en el que el cruce de golpes se vio salpicado por las dos técnicas al banquillo local. Óscar Quintana quiso forzar la máquina con los árbitros, pero se pasó de frenada. Se fue a la calle y se ganó una gran pitada de su propia afición.

Lagun Aro, con Panko inspirado frente a la mala dirección de Avdalovic, tenía una oportunidad de oro para romper el partido. Pero no la aprovechó. No supo dar un paso adelante en defensa y se condenó a sufrir (73-74).

La locura iba en aumento. El parcial de los cinco primeros minutos del último cuarto fue de 18-14. Pese a las constantes faltas -los dos equipos entraron en bonus en tres minutos- el partido seguía acelerado. Los derechazos de Stojic o Llompart eran respondidos por Doblas y Barbour. Un verdadero toma y daca en el que nadie conseguía imponerse por completo. El final iba a ser una moneda al aire.

A falta de 1:06 y con 95-96, Barbour falló una penetración. Doblas, inmenso en el rebote ofensivo, peleó la posesión y forzó que Andriuskevicius se saliera de la pista. Laso pidió tiempo muerto y, de repente, los árbitros dieron el balón a Alicante. Era el momento de no descentrarse, de ser maduros. La respuesta fue una buena defensa. Doblas forzó el fallo de Austin y Sergio logró irse a la línea de tiros libres. El andaluz sumó dos puntos. Urtasun anotó y Panko no la metió, pero el navarro cometió pasos a trece segundos del final y 97-98.

Quedaba un larguísimo carrusel de tiros libres en el que Sánchez no falló. Doblas aseguró el último rebote y Alicante, en otra muestra de falta de intensidad, no le hizo falta en cuatro segundos. Por fin llegó el primer respiro del partido: el bocinazo final.

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