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Uno de cada cuatro niños vascos come mal

Cerca de 19.000 menores guipuzcoanos presentan malos hábitos alimenticios Un informe sobre niños 'malcomedores' alerta de la escasa variedad de la dieta

PPLL

Miércoles, 18 de noviembre 2009, 03:02

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Más de 53.000 niños vascos de entre uno y diez años comen mal y un 2% de ellos padece sobrepeso. Es lo que se concluye del primer Estudio Pediasure sobre niños «malcomedores», realizado para elaborar un plan de ayuda a los padres, y hecho público ayer por el Observatorio de la Nutrición Infantil.

No obstante, el País Vasco registra la tasa más baja de menores «malcomedores» en España, con un 27%, frente al 47% de media en el conjunto del Estado de niños que come poca cantidad de alimentos, poca variedad o ambas circunstancias a la vez.

El informe advierte de que «gran parte de las familias españolas están perdiendo los buenos hábitos alimenticios», de manera que «lejos quedan los tradicionales potajes y los niños son cada vez más selectivos con las comidas, hasta que reducen sus menús a unos pocos alimentos y su aporte nutricional es escaso».

Según este estudio, uno de cada tres menores come «muy poca variedad» de alimentos y casi la mitad no llega a comer nunca alimentos «un poco más difíciles» como son las verduras, legumbres o el pescado. «Para los expertos, en este punto radica una de las causas del comportamiento del niño malcomedor, ya que al rechazar este tipo de alimentos y para evitar enfrentamientos, los padres terminan ofreciendo sólo aquellos alimentos que le gustan», indica.

En el caso del País Vasco, se estima que hay más de 53.000 pequeños entre uno y diez años que presentan un comportamiento malcomedor, cifra que supone un 27% del total. En Vizcaya, el número de menores malcomedores asciende a 27.000, en Gipuzkoa, hay unos 19.000 y en Álava cerca de 8.000.

Los responsables de este informe señalan que los padres empiezan a detectar los primeros síntomas de niño malcomedor a partir de los dos años, «momento en el que ya incurren en el primer error: pensar que con el tiempo se solucionará el problema y los niños empezarán a comer de todo por iniciativa propia». Sin embargo, advierten, «conforme crecen, el problema se agrava y se produce una disminución progresiva de la cantidad y la variedad de alimentos que acepta el menor».

El doctor Juan Carlos Vitoria, catedrático de Pediatría de la Universidad del País Vasco, explica que, en general, a los 10 años, «un niño malcomedor lleva más de cinco años alimentándose incorrectamente y esa conducta es más complicada de cambiar». En función de este estudio, un 73% de las familias vascas encuestadas consideran que con los años el mal hábito alimentario desaparecerá, frente al 43% de media española.

Malos hábitos

En este contexto, Vitoria recuerda que con el paso del tiempo los malos hábitos de alimentación «se van a multiplicar», lo que puede suponer «un riesgo tanto para el desarrollo físico, como para otro tipo de problemas como el escaso rendimiento escolar o incluso otros trastornos de la alimentación como obesidad, anorexia o bulimia».

El estudio desvela que un 3% de los padres de pequeños malcomedores en España considera que su hijo padece sobrepeso, frente al 2% en el País Vasco, por lo que «es necesario consultar al pediatra antes de que realmente los niños empiecen a manifestar problemas de talla o peso».

El problema del menor malcomedor, según concluye el estudio Pediasure, es ligeramente más frecuente en chicos que en chicas y también más en aquellos que son hijos únicos. Según los especialistas, las causas principales residen en la cesión por parte de los padres a «los caprichos y deseos» del niño, «en detrimento de una ausencia de normas que cumplir a la hora de las comidas».

Duración de la comida

La duración de la comida también crea problemas. El 90% de los padres entrevistados admite que se enfada con sus hijos ante el rechazo de la comida y que prolongan en exceso las comidas. Según el estudio, los niños malcomedores emplean una media de 45 minutos para comer, prácticamente el doble del tiempo que sus padres consideran suficiente, y que ronda los 20 minutos.

Ante esta situación, los progenitores confiesan que terminan cediendo a las preferencias del menor, o intentan distraerlo con juegos o la televisión. Así, un 75% de los niños come viendo la televisión y tarda el doble de lo habitual.

El psicólogo infantil y coautor del libro Luis Torres Cardona, apunta que «cuando la conducta de los padres es ceder a los antojos del pequeño, se favorece que el comportamiento tienda a perpetuarse».

El experto explica que las discusiones y enfados a la hora de comer llevan al niño a negarse a participar de la comida, «puesto que concibe este momento como una situación de estrés y por tanto intenta evitarla a toda costa, con la consiguiente imposición por parte de los padres, la discusión y vuelta a empezar».

El estudio detecta que en el 40% de las ocasiones la hora de comer termina en enfrentamiento entre padres e hijos.

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