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Vaguada de Arzabaleta, donde se ubicará el Centro de Residuos. /MICHELENA
El terreno donde se emplazará la incineradora se excavará 30 metros para que quede oculta
RESIDUOS

El terreno donde se emplazará la incineradora se excavará 30 metros para que quede oculta

La chimenea tendrá 50 metros de altura, pero 45 de ellos no se verán, al estar dentro del edificio de depuración. Desde los cascos de Usurbil y Lasarte sólo se verán laderas reforestadas

FERNANDO SEGURA

Domingo, 11 de octubre 2009, 05:50

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DV. El Centro de Gestión de Residuos de Gipuzkoa pasará casi desapercibido en su ubicación de Zubieta (Donostia) cuando se ponga en funcionamiento en 2013. Al menos, esta es la intención de los redactores del proyecto, documento que el miércoles recibió el visto bueno del Consorcio de Residuos (GHK).

La puesta en marcha de la infraestructura supondrá un giro copernicano en el tratamiento de las basuras en el territorio. Se dejará atrás el insalubre sistema de vertederos. En su lugar se potenciará el compostaje. La fracción de basura que no se pueda reutilizar se valorizará en la incineradora de Zubieta, convirtiendo los residuos en energía eléctrica.

El proyecto, no obstante, ha levantado cierta polémica derivada de dos cuestiones: el impacto visual de las instalaciones, especialmente la chimenea, y las emisiones que generará la quema de la basura.

Los técnicos de GHK aseguran que ambas cuestiones están resueltas. La incineradora, el edificio más alto del Centro de Gestión, quedará semioculto, y las emisiones (dioxinas y furanos) resultarán muy inferiores al mínimo establecido por la ley.

La elección de Arzabaleta como ubicación del Centro de Gestión ha facilitado la labor de camuflaje. El objetivo presentaba dificultades, dado que el edificio más alto, la incineradora, se elevará 50 metros del suelo.

La topografía del terreno ha sido clave para dar con la solución. Arzabaleta es una vaguada y, por tanto, está rodeada de taludes y árboles, facilitando el ocultamiento de las instalaciones. Para que la invisibilidad sea todavía mayor, se moverán 1.650.000 metros cúbicos de tierra, de forma que la plataforma sobre la que se elevarán los edificios quedará entre 20 y 30 metros por debajo de la rasante actual.

Vaguada y excavación permitirán, según los técnicos de GHK, que el Centro de Gestión de Residuos «no se vea desde los cascos urbanos de Usurbil y Lasarte. Estas localidades sólo apreciarán los taludes arbolados que rodearán la parcela». Desde otros lugares, como las zonas altas de esos términos municipales, desde Aritzeta o algunos tramos de la autopista, las instalaciones sí serán visibles.

Uno de los puntos sensibles a la hora de diseñar este tipo de equipamientos es el impacto visual de la chimenea. En Gipuzkoa, la imagen del enorme tubo de la central térmica de Pasaia visible desde gran parte de la comarca ha contribuido a extremar la sensibilidad sobre esta cuestión.

La chimenea de la incineradora de Zubieta tendrá 50 metros de altura, pero 45 de ellos quedarán ocultos, ya que se insertan dentro del edificio de depuración de gases. Es decir, no se tratará de una estructura exenta al edificio, como en la térmica de Pasaia, sino que formará parte de su interior. Sólo serán visibles cinco metros que obligatoriamente tienen que sobresalir por encima del tejado para facilitar la dispersión de los gases.

Dioxinas y furanos

La segunda cuestión espinosa y la que más alarma levanta entre algunos ciudadanos estriba en las posibles emisiones contaminantes de la incineradora.

Los técnicos de GHK aseguran que en Zubieta se va a utilizar tecnología puntera en Europa. El tratamiento de los gases se realizará mediante tecnología catalítica. Añaden que se pueden obtener valores bajos con tecnología tradicional, pero el uso de sistemas catalíticos «garantiza que nunca sobrepasarás el límite legal». En el caso de Zubieta, aseguran que la emisiones quedarán «muy por debajo» de lo que marque el Gobierno Vasco.

Los especialistas de GHK añaden que en las incineradoras «siempre se producen dioxinas, pero cuanta mayor sea la temperatura de combustión, la generación será menor. La incineradora se distinguirá por la eficiencia energética del horno, debido a que los residuos, antes de entrar en la caldera, pasarán por un proceso de biosecado. Este sistema previo de tratamiento garantizará una combustión homogénea». Los técnicos, conscientes de la polémica que rodea a este asunto, se muestran contundentes. «En esta planta no se producirá ningún impacto por dioxinas. Se generarán, pero para eliminar las emisiones dispondremos de una nave entera dedicada a depuración de gases. Hemos dado prioridad a esta inversión, en lugar de a un diseño arquitectónico más relevante o la habilitación de un centro de interpretación del Centro, servicio que se dejará para una segunda fase».

Análisis del aire

El Consorcio se ha implicado en la labor de tranquilizar a los ciudadanos. La entidad participa en el programa Buruntzaldea, promovido por los ayuntamientos de Hernani, Lasarte-Oria, Andoain, Astigarraga, Usurbil y Urnieta.

El programa prevé evaluar la calidad del aire en los alrededores del emplazamiento de la incineradora. Los controles se realizarán antes y después de su puesta en marcha, con el fin de conocer si la actividad de la planta incide en la calidad del aire.

El estudio se realizará en colaboración con el departamento de Química Aplicada de la UPV y con la consejería de Medio Ambiente.

El Consorcio, señalan sus responsables, se ha adherido a la iniciativa, participando en el apartado técnico y económico. «Que todo el mundo esté tranquilo. Nosotros somos los más interesados en que la atmósfera, como mínimo, se mantenga como ahora».

Otra cuestión que suele levantar suspicacias es el tratamiento a dar a las escorias y cenizas resultantes de la combustión.

El Centro de Gestión Residuos dispondrá de un instalación (4.000 metros cuadrados de superficie) equipada específicamente para recibir 80.000 toneladas al año. Se pretende reconvertir las escorias en áridos para la construcción y asfaltado, pero de momento en Euskadi se carece de una legislación que permita este uso.

En cuanto a las cenizas procedentes de la combustión, en la actualidad no existe ningún tratamiento que permita su reutilización. La única opción será enviarlas a instalaciones preparadas para su almacenaje.

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