The Beatles, vivos 40 años después

Vaya con la remasterización, palabro que define la enésima manipulación de una grabación discográfica, «limpiándola», dando un sonido más ampuloso a las canciones, a tono con los nuevos reproductores, a mil leguas de los antiguos de aguja para los que aquellos discos fueron pensados y prensados en vinilo hace tres, cuatro o cinco décadas.

En el año 1993, y en la temporada otoñal previa a las Navidades, se anunciaba a los cuatro vientos: «Los Beatles vuelven para ocupar su puesto... El número 1». Se trataba, ¿cómo no? de una remasterización, presentada como «Los 54 Grandes Éxitos de los Beatles, por primera vez en compacto y remasterizado» (también en L.P. y casse-tte remasterizados). Y ofrecía dos diferentes CDs, y . No se cortaba un pelo la empresa promocional anunciando en los coloristas impresos en forma de LP que era «la mejor comunicación con una campaña sin precedentes».

Aquellas grabaciones eran colecciones fantásticas para los amantes de la música de los «escarabajos». Pero faltaba remasterizar la obra disco a disco. Y eso es lo que acaba de lanzarse, nuevamente a bombo y platillo. No sabemos si en una campaña con o sin precedentes, pero tan bien orquestada como algunas de las canciones últimas de los Fab Four.

Copan prensa escrita y audiovisual, incluidos suplementos especiales. Se pasa, casualmente, un reportaje especial en la televisión pública española, la víspera del lanzamiento discográfico y en apropiado horario: 22.00 horas. La RTL francesa anunció para el día X (el pasado miércoles 9) una . Algún gran periódico vende tazas con la reproducción de los seis discos «oficiales» remasterizados. Esta vez sin esperar a la pretemporada navideña, quizás porque la oferta discográfica de este otoño es abrumadora. Y eso que los discos no se venden y cierran las tiendas especializadas. ¿Hay aquí gato encerrado?

No, no parece asunto de felinos, o en todo caso sí de agudos linces del negocio que saben que algunos artistas venden siempre. Contra la lógica negativa del sector. Contra los apretones de cinturón del consumidor ante la crisis económica. No hay barreras comerciales para John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr (con John y George ya difuntos). La beatlemanía mercantil está inundando las tiendas (en su mayoría grandes superficies del sector cultural y ya con muy pocos establecimientos especializados) con una imparable lista de ofertas. Primero los seis discos «oficiales»; convenientemente remasterizados. También otras ocho grabaciones paralelas. Suman catorce discos que se publicaron en estéreo, y también los diez originales en mono.

Vendidos por separado o en las cajas llamadas , la Stereo Box con los 14 CDs más un DVD y la Mono Box con 10 CDs. Y como los tiempos mandan, se presenta , primer juego musical sobre el combo de Liverpool, con tres «canciones exclusivas de regalo» y «con hasta tres micrófonos y réplicas de la batería de Ringo Starr, el bajo Höfner de Paul McCartney y -por separado- las guitarras Rickenbacker 35 de John Lennon y la Gresth Duo Jet de Gorge Harrison», como reza la publicidad de una de las cadenas más potentes del ramo.

Se ofrece además, «camisetas, , posters, chapas... y muchos más productos de The Beatles». Rematando con un «ven a descubrirlos y vive la beatlemanía». No precisamente aquella de los espontáneos (sobre todo espontáneas) que la inventaron en los años sesenta sino la beatlemanía pura y dura de los grandes montajes comerciales, milimétricamente diseñados.

De nuevo en el 'Top'

Así que los Beatles volverán, 40 años después de su disolución como grupo, a dominar las listas de discos más vendidos. Aunque con una dificultad organizativa: los álbumes que se compren como parte de las cajas especiales no cuentan individualmente. Ha habido incluso algunos cientos de entusiastas haciendo fila en las grandes tiendas de música de Londres para ser los primeros en obtener la suculenta oferta de las versiones remasterizadas digitalmente de los míticos discos de un grupo que prácticamente inventó el .

Los lanzamientos se han convertido en un acontecimiento para la industria del disco. Los creadores de pueden sacudir positivamente a una industria que tira a la baja desde hace años y tiene constantemente la palabra crisis en sus programas. Que sufre el radical cambio que ha experimentado todo el sector con las innovaciones tecnológicas, la aparición de internet y la posibilidad de «bajar» canciones sin pasar por la tienda.

Así que habrá que hacer sitio en la estantería a la nueva remesa de melodías , las remasterizadas que sustituyan a los CDs convencionales, que ya hicieron lo propio con los vídeos, y estos con los K7, y aquellos con los vinilos... La fidelidad del gran público a la maravillosa obra costará unos 17 euros por disco y 24 para los dobles. La caja estéreo (la negra, 13 LPs) unos 240 euros. La caja mono (la blanca, 11 LPs), unos 280 euros. El juego (para PlayStation 3, Xbox 360 y Wii), unos 180 euros. Más el resto de artilugios. ... y una cartera llena.