Borrar
Georg se tumba y desliza su gran tripa por el hielo mientras apunta con el arma a una foca hipotética. /A.I.
El respiradero
UNOS BUENOS ZAPATOS Y UN CUADERNO DE NOTAS

El respiradero

No nos atrevemos a decirlo pero la huida de la foca nos ha aliviado. A la espera del tiro, sentíamos una congoja que en cierta manera es un lujo: no dependemos de la carne de foca para subsistir. El inuit Georg y sus colegas cazadores parece que ya tampoco

ANDER IZAGIRRE

Domingo, 2 de agosto 2009, 05:06

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Nos despiertan los nietos de Georg Utuaq, dos niños que corretean por la casa reclamando el desayuno: unos taquitos de carne cruda de narval, que devoran como golosinas. Georg, cazador de focas, nos dio una razón principal para que nos alojáramos en su casa ...

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios