La Diputación de Álava paraliza las obras de un viaducto del TAV en Vitoria

DV. El Departamento de Medio Ambiente de la Diputación de Álava ha ordenado la paralización de las obras de construcción de un viaducto de la línea del TAV, en el tramo correspondiente a la conexión entre las localidades de Arrazua-Ubarrundia y Legutiano, muy cerca de Vitoria. El área foral, en manos de EA, parece haber aducido como motivo para su decisión que las obras estaban provocando en el cauce del río Zadorra una afección no prevista en los planes iniciales de impacto ambiental. La orden ha sido recurrida por el organismo que se encarga de ejecutar los trabajos, la sociedad pública Adif, dependiente del Ministerio de Fomento, que espera a que se resuelva el expediente para continuar con su tarea en este punto concreto.

Representantes del órgano Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) indicaron que se ha dado cumplimiento al mandato foral y que las obras se han detenido en el punto señalado. «Se ha dejado en suspenso la construcción de los pilares del viaducto sobre el Zadorra, que era en lo que se estaba trabajando», manifestó a este periódico un portavoz oficial, quien indicó a renglón seguido que Adif ha alegado frente a la resolución. Mientras se resuelve este asunto, «las obras del resto del tramo continúan, no se han paralizado», enfatizó. Los operarios y la maquinaria destinada a levantar el viaducto se están dedicando, al parecer, a otras tareas.

La medida foral viene motivada por la afección que la construcción del viaducto estaba produciendo en la flora y la fauna del cauce del río Zadorra, según indicaron diversas fuentes. De un lado, por la invasión sin autorización expresa de una zona de arbolado. De otro, porque la época de cría del visón europeo obliga a la protección de los cauces de aquellos ríos donde existe esta especie, como ocurre en el Zadorra, lo que impide realizar actividades agresivas en su entorno. Esta restricción se prolonga en algunos ríos alaveses hasta el 1 de agosto y afecta a otras actividades como las huertas próximas al cauce o a la limpieza del río, entre otras.

Adif suele llevar a cabo de manera habitual lo que se denominan «paradas biológicas» en las obras del TAV tanto en Álava como en Vizcaya, pero no había trascendido hasta el momento que una diputación foral hubiera llegado a ordenar la paralización de los trabajos por cuestiones relacionadas con este extremo.

Control externo

En materia de protección del medio ambiente, el organismo público que ejecuta la línea de alta velocidad entre Vitoria y Bilbao ha defendido con orgullo que el TAV vasco es la obra ferroviaria española donde más atención se ha puesto para reducir el impacto ambiental y donde más presupuesto se ha destinado a este fin. Hasta ahora, 124 millones de euros, un 12% de los fondos destinados por el momento a la ejecución de la obra civil.

La Diputación de Álava, por su parte, ya avisó a los impulsores del TAV de que estaría muy atenta a las posibles repercusiones en la naturaleza de la infraestructura. El diputado de Medio Ambiente, Mikel Mintegi (EA), dijo en su día que el impacto de la 'Y' en Álava iba a ser «brutal». Su departamento lanzó un concurso en mayo de 2008 para contratar a una empresa que debía controlar el desarrollo de las obras. Mintegi no ocultó entonces sus críticas hacia las conclusiones del documento de impacto ambiental que avaló la construcción de la línea.