La fundación Arantzazu Gaur reabre el centro de encuentros Gandiaga tras un período de reformas

DV. Arantzazu ya no sólo será el santuario franciscano para la reflexión interior y el rezo. Un moderno centro de congresos y reuniones, un nuevo hotel y una tienda de recuerdos en esta zona montañoso guipuzcoano van a abrir a la sociedad guipuzcoana este amplio espacio en torno a la basílica.

La Fundación Arantzazu Gaur ha modernizado las tres dependencias para ofrecer a las empresas, asociaciones y grupos un lugar de trabajo y reflexión en medio del silencio y rodeado del espíritu que impregna todo lo que supone Arantzazu. La Diputación, el Ayuntamiento de Oñati, Mondragon Corporación Cooperativa, Kutxa y los franciscanos forman la entidad.

Edurne Egaña, diputada de Presidencia y Administración Foral, José Mari Arregui, provincial de los franciscanos y presidente de Arantzazu Gaur e Iker Uson, director de Arantzazu Gandiaga, presentaron ayer distintos aspectos de esta propuesta dirigida a toda la sociedad.

La más ambiciosa es la creación del Centro de Encuentros y Reuniones Arantzazu Gandiaga, un espacio para congresos, con salas polivalentes en las que pueden caber unas 600 personas en total. Además, se han creado amplias terrazas con vistas a la Sierra de Urbia y dispone de un gran aparcamiento con plazas para todos los congregados.

El centro Gandiaga, como se denomina oficialmente, dispone además de la última tecnología en sus dependencias.

Asimismo, el hotel es un establecimiento de alto nivel. Se abrió en agosto a modo de prueba y una vez cerrado en enero se ha procedido a realizar las mejoras pertinentes. Este mes vuelve a estar abierto. Lo mismo ha ocurrido con la tienda.

Espiritualidad y cultura

La inversión, sin contar la obra, ha ascendido a 150.000 euros. Egaña señaló que se va a «potenciar la denominación Arantzazu Gandiaga como centro de encuentros y reuniones y a desarrollar una campaña de comunicación sobre sus prestaciones y servicios».

Arregui destacó de Gandiaga «su gran fuerza simbólica y sobriedad». En el edificio que se construyó sobre el seminario, con diseño del arquitecto Miguel Ángel Alonso del Val, «se mezclan espiritualidad y cultura».

Uson relató los usos que ya tienen algunos centros de Arantzazu y destacó cinco puntos: tranquilidad y silencio para trabajar y reflexionar; una ubicación excepcional lejos de la urbe; la última tecnología; buen alojamiento y restauración y la nueva página web:

El nuevo centro ya ha sido utilizado por algunas empresas, lo que en 2008 supuso la presencia de unas 6.000 personas que llevaron a Arantzazu unos 90 clientes.