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Restos del vehículo que ETA hizo saltar por los aires. /MIGUEL DE LAS CUEVAS
ETA inicia un ciclo largo de atentados para zanjar la división en la izquierda abertzale
OFENSIVA TERRORISTA

ETA inicia un ciclo largo de atentados para zanjar la división en la izquierda abertzale

Los 'duros' del MLNV frenan los movimientos en el mundo radical hacia una candidatura no violenta en favor de la autodeterminación. Temor a que la escalada terrorista se acentúe en las próximas semanas

ALBERTO SURIO

Martes, 23 de septiembre 2008, 20:08

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DV. La última ofensiva terrorista de ETA no sólo persigue neutralizar la imagen de debilidad ocasionada por el fuerte acoso judicial y policial de los últimos meses y aminorar los daños ocasionados en la estructura etarra y el gran desconcierto generado en su entorno civil y social. Expertos antiterroristas sostienen que ETA quiere ofrecer un perfil de fortaleza operativa, entre otras razones, para taponar la aparición de discrepancias en la izquierda abertzale tras la ruptura del último alto el fuego y para mentalizar a sus bases ante un ciclo prolongado de violencia. Las fuerzas de seguridad, que han activado todos sus dispositivos de alerta, esperaban hace semanas una escalada de atentados de fuerte impacto.

El análisis efectuado es que los últimos atentados de ETA tienen bastante que ver con esta situación interna, en especial tras el proceso asambleario desarrollado durante el verano y que ha registrado una clara discusión, con alrededor de 150 aportaciones. Un debate zanjado con la apuesta por seguir con el terrorismo pero que permite intuir la aparición de discrepancias de fondo en un entramado caracterizado por su hermetismo y opacidad.

Estas disensiones vienen a ser a la larga la consecuencia de la ruptura del proceso de paz y el reflejo de una frustración creciente, en especial en el mundo de los presos, en donde hay un grupo de reclusos -veteranos con largas condenas, la mayor parte- que ven con progresivo desencanto y escepticismo la línea oficial y la arrogancia de una nueva generación que se ha hecho con el poder interno, sensiblemente más radicalizada.

El hilo conductor de estos reproches es el ninguneo que ha sentido el mundo de los presos durante las últimas negociaciones y que en ningún momento se ha contado con las cárceles a la hora de adoptar decisiones.

El malestar ha emergido en público con la aparición de críticas por parte de los refugiados de ETA en México, así como en los apoyos a las tesis contestatarias de Pakito, Txelis y Kepa Pikabea en el seno de las prisiones, enfrentados a la línea oficial, y expulsados del colectivo de presos. Esta línea de pensamiento crítico no es nueva pero sí ha adquirido mayor envergadura tras la quiebra de la última expectativa de un fin dialogado.

Sin embargo, ETA ha zanjado el debate con la decisión de continuar con todos sus frentes abiertos con una posición en la que el consejero de Interior, Javier Balza, cree que se ha adoptado por unanimidad tras la discusión. El proceso asambleario ha revelado un interés especial en la organización terrorista por contrarrestar el discurso de Ibarretxe en relación con la Ley de Consulta.

ETA no pretende sólo mantener prietas las filas y zanjar cualquier asomo de discrepancia sino neutralizar que un posible replanteamiento en la izquierda abertzale implique una fractura interna similar a la producida con Aralar tras el final de la tregua de 1998. Desde la misma ETA se ha observado con gran inquietud los intentos a favor de una candidatura unitaria electoral soberanista en las próximas elecciones autonómicas que pudiera venir avalada por ex responsables de ELA y LAB.

Escollos internos

Este movimiento se ha paralizado por interés de ambos sindicatos de no implicarse directamente. La iniciativa genera un fuerte recelo en el EBB del PNV, que la considera una opa hostil en el electorado nacionalista. Pero el mayor obstáculo para que cristalizase una operación de este tipo ha sido la línea dura de la izquierda abertzale y su temor a que una apuesta así hubiera implicado una fisura de consecuencias imprevisibles.

Hasta ahora, las gestiones a favor de una entente abertzale las desarrollan los promotores de la fundación Euskaria, que mantienen contactos en las últimas semanas con el objetivo de explorar una declaración soberanista de mínimos a favor del derecho de autodeterminación.

La fundación Euskaria reclama el ejercicio del derecho de autodeterminación «como vía democrática y pacífica para obtener el estatus de estado independiente». Para posibilitar esta alternativa pide una alianza estratégica entre «todas las fuerzas abertzales y euskaltzales», que ponga en marcha un proceso de ejercicio del derecho de autodeterminación.

«Nuestras acciones, basadas en el respeto a los derechos humanos tanto colectivos como individuales, pretenden, a nivel general, ayudar a que Euskal Herria decida su modelo jurídico-político, sociocultural y económico desde parámetros de consulta popular democrática y, a nivel particular, ayudar y apoyar a las personas que por defender políticamente los intereses de Euskal Herria sufren persecución y represión», sostiene su manifiesto ideológico.

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