Nace en Amara 'Amarafarra'

El pasado 20 de enero nacía la Tamborrada Amaratarra, integrada por noventa jóvenes de distintas cuadrillas del barrio de Amara. Trataban de abrir la puerta a la participación activa el día del patrón de la ciudad a todo el que lo desease, trasladando el epicentro de su fiesta particular a las calles de su barrio. Y lo consiguieron, pero no solos. Sesenta comercios, pequeños, pero muy , en su mayoría de Amara, colaboraron en su fundación. Llegó el momento de agradecérselo. Ese era el plan de los cuarenta jóvenes, que se saludaban mientras se colocaban el pañuelo blanco donde se distingue el escudo de la tamborrada y una palabra: Amaratarra.

Comenzaron a reunirse en el bar Recreo, plaza de los Estudios nº 2, porque su plan era en su barrio. De los 60 comercios, 24 son bares. Para las cinco y media ya estaban todos y en el bar Recreo, que es además sede de la Tamborrada. Txema Sánchez, que hoy atiende el bar familiar, sirvió la primera ronda y comenzó la fiesta. La mayoría no se sentían capaces de concluir la ronda, pero todos querían participar, incluida Pili Sánchez, la hermana de Txema, que aprovecha el día de fiesta para sumarse al grupo.

Con tranquilidad fueron visitando a sus colaboradores. Toman un zurito y pasan al siguiente. Esta nueva iniciativa de los componentes de la Tamborrada Amaratarra tiene un nombre: . Una iniciativa, que pretende, como las anteriores, dar ambiente al barrio. No es original la propuesta, pero sí el lugar donde acontece. Por una tarde, Amara parece la Parte Vieja, los bares se llenan de jóvenes y los comerciantes lo agradecen. Siguiente parada, en la misma plaza, el bar Belari, que les recibe con la que trae grandes recuerdos a los jóvenes. Después en Felipe IV los bares Aukera, Igueldo y Martín empiezan a animar al personal. Iker Astudillo aprovecha cada bar para acompañar el zurito con un pincho y se justifica: «es que si no, no voy a poder aguantar», mientras que Aitor Foj le comenta que se «ve fuerte».

En Isabel II van pasando por el Ertz, el Divinum, el Txirrita, el Udane y la Baita, donde cae otra consumición mientras agradecen la aceitunas que ofrece el dueño. En el camino Álvaro Gómez se anima a proponer, sin éxito, una ronda de pacharanes. Sí tiene éxito la iniciativa de Isi Sánchez e Inés Martínez de comprar bolsas de patatas en el Súper Amara, también colaborador de la Tamborrada.

Son ya las ocho cuando entran en la plaza de Armerías, los zuritos se van haciendo largos en el Izar, Garaitza, Arkupe, Maite y Tick-tack, cuyo dueño les recibe con los brazos abiertos invitándoles a la ronda. A las nueve y media afrontan la avenida de Madrid sin ninguna baja, algo que empieza a sorprender incluso a ellos mismos. Sólo Irene Múgica y Sebastián Bak abandonan aludiendo que debían acudir a una cena. En el Ñañarri, el Mesón Avenida y la Venta del Curro de la Avenida de Madrid, también son bien recibidos, antes de acceder a los establecimientos de la plaza Ignacio Mercader: Nerea, Bihotz y Pasaleku, donde se vive un gran ambiente festivo. De camino al final el Solairu, y como colofón una caña en el bar Anoeta, en la plaza de Eibar, lugar donde la Tamborrada Amaratarra izará su bandera el día de San Sebastián.

De los cuarenta participantes una treintena llega al final. Cabe citar a los siguientes: Jon de la Calle, Maria Casco, Aitor Poj, Mikel Lertxundi, Iñaki Guijarro, Julen Osa, Amaia de la Calle, María López, Irene Mujika, Sebastián Pak, María Carrera, Pili Sánchez, Isi Sánchez, Inés Martínez, Mikel Izeta, Iker Astudillo, Alvaro Gómez, Irune Iparaguirre, Amaia Poj, Inar Aldaia y Marta Higuera.

La tarde de fiesta en el barrio de Amara fue un éxito. Son las 12 de la noche. Después de devorar bocadillos y raciones la mayoría coge el camino de casa y los más osados deciden seguir con la fiesta. Entre todos, un comentario común: «¡El año que viene otra vez!». Los jóvenes amaratarras ya anuncian la IIº Amarafarra e invitan a la fiesta a cuantos donostiarras quieran sumarse.