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Aerogeneradores en el alto de El Perdón, en Navarra. [rivas/afp]
Y tras el 'oro negro', ¿qué?
ENERGÍA

Y tras el 'oro negro', ¿qué?

Comprimir la semana laboral a cuatro días por razones de eficiencia energética o recurrir al hidrógeno para mover los coches son algunas de las soluciones que apuntan los expertos

MIGUEL VILLAMERIEL

Domingo, 1 de junio 2008, 04:52

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DV. El crecimiento económico que han experimentado los países desarrollados desde la revolución industrial se han basado, en gran medida, en el uso de los combustibles fósiles. Pero hay una certeza: estos recursos acabarán agotándose tarde o temprano, ya que se consumen a una velocidad muy superior a la que son reemplazados (a través de escalas geológicas que pueden durar miles de años). El petróleo es el primero de la lista entre los fósiles en riesgo de agotamiento, pero el gas natural y el carbón también podrían vivir su en las próximas décadas.

Ante un panorama como el que se presenta, surge una pregunta: 'Y después del petróleo, ¿qué?'. Una de las primeras consecuencias de la falta de petróleo y de su carestía será una depresión económica caracterizada por una importante disminución de la movilidad. El transporte de carretera y el aéreo se verán especialmente afectados, por ser totalmente dependientes del petróleo, lo que se traducirá en un inevitable trasvasase de pasajeros y mercancías al tren y al barco.

plan de choque

La crisis definitiva del petróleo no sólo tendría repercusiones económicas, sino que alteraría el modelo social de los países desarrollados, en los que el tiene una gran importancia. La Agencia Internacional de la Energía diseñó un plan de choque en 2004 que contempla medidas como comprimir la semana laboral a cuatro días, convertir el transporte público en gratuito, incentivar que varias personas compartan un mismo coche o impulsar el uso de la bicicleta como medio de transporte habitual. Algunos países y, sobre todo, ciudades ya han empezado a aplicar estas recomendaciones.

las alternativas

Cuando el petróleo empiece a escasear, habrá que buscar alternativas para atender la gran demanda energética que cubre hoy en día. No será una tarea sencilla, toda vez que el petróleo es una auténtica joya en lo que a intensidad energética se refiere. Además, sus usos van mucho más allá de la generación de energía y tiene una importancia capital en la industria química y la creación de materiales sintéticos como el plástico. Por ello, es muy probable que se siga extrayendo petróleo incluso cuando para ello se necesite más energía de la que puede proporcionar.

hidrógeno como combustible

Lo que será difícilmente sostenible es el poco petróleo del que se disponga para mover vehículos, sobre todo privados. Los combustibles derivados del petróleo alcanzarán tales precios que habrá que buscar nuevas formas de energía para alimentar los coches. Una de las alternativas en las que más se está trabajando es el hidrógeno. Ya hay motores de vehículos que funcionan quemando este gas en vez de utilizar gasolina, pero son experimentales y aún hay que mejorar la fabricación de la pila de combustible que haría posible la extensión del hidrógeno. La mayor virtud de este gas es que se trata de una fuente inagotable porque se puede obtener a través del agua, mediante la electrólisis, que separa el oxígeno y el hidrógeno. Los científicos trabajan para mejorar la durabilidad de las pilas de hidrógeno y reducir su coste para que puedan llegar a la sociedad.

los biocombustibles

La irrupción de los biocombustibles hace unos años se vendió como la mejor solución para los futuros problemas del petróleo, pero el tiempo ha venido a demostrar que a veces es peor el remedio que la enfermedad. Los combustibles fabricados a partir de productos naturales como cereales o aceites tienen un balance energético pobre que no justifica las enormes extensiones de tierra que consumen las plantaciones de estos productos. Además, su extensión en algunas zonas ha conllevado un incremento en los precios de alimentos básicos, con lo que no ha contribuido a solucionar el problema del petróleo (excepto en la vertiente de la contaminación, aunque mínimamente) y además ha creado otro contratiempo con la subida de los precios de los alimentos. Esta práctica ya ha sido denunciada por el Banco Mundial y el FMI y la UE se está replanteando su apoyo a los biocombustibles.

renovables

Las energía renovables son la gran esperanza del mundo y despiertan unanimidad en todas las corrientes científicas, pero a día de hoy no son suficientes para mantener los niveles actuales de consumo. Sólo una apuesta decidida por ellas, que aún no se ha producido, podría convertirlas en el mejor sustituto del petróleo a muy largo plazo.

¿energía nuclear?

Ante la tesitura del final de la era del petróleo, muchas grandes potencias han abrazado la energía nuclear como tabla de salvación ante el problema, aunque esta opción sigue despertando controversia. La visión optimista de algunos Gobiernos apunta a que a largo plazo, dentro de 30 ó 40 años, la energía nuclear de fusión podría sustituir la actual hegemonía del petróleo. Importantes teorías científicas, sin embargo, se oponen a la energía nuclear al considerar que reúne una gran cantidad de inconvenientes, como su alto coste, la escasez de uranio y el problema de los residuos, que tiene difícil solución. Además, apuntan a que será complicado que algún día la energía nuclear supere la generación del 20% de la energía total mundial, lo que le coloca muy lejos de los logros del petróleo.

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