Se suman a la lista de Salva Iriarte, Chris Coleman y Pako Aiestaran

El despido de Larrañaga, Sanjuán y Urbieta es un movimiento más de la minuciosa tarea de desmantelamiento de la estructura deportiva realista que ha llevado Iñaki Badiola en los menos de cien días que lleva al frente de la Real.

El primero en ser despedido fue el director deportivo, Salva Iriarte, al que adjuntó a la carta de despido una ración nada despreciable de insultos y descalificaciones. Además, le acusó de dejación funciones, entre otras cosas, estrategia que podría haber empleado también ahora con estos tres últimos despidos. El caso de Salva Iriarte está en los juzgados.

A los pocos días de la destitución del beasaindarra, fue Chris Coleman quien cogió la puerta, harto de Badiola, que se mostró muy agradecido al galés por dimitir, ya que así no tendría que pagarle ninguna indemnización. No ha conseguido lo mismo con Larrañaga, a quien finalmente ha despedido.

Pero no han sido las únicas víctimas de Badiola, ya que por el camino también se quedó el buque insignia de su proyecto deportivo, Pako Aiestaran, que dimitió dejando tras de sí una serie de graves acusaciones, que rebatió el presidente dando lugar a un intercambio de reproches.

La causa de la dimisión de Aiestaran fue el caso Oliva, el elegido por el beasaindarra para ocupar el banquillo de la Real, decisión que vetó Badiola cuando el entrenador catalán ya se había desvinculado del Villarreal B. Al sentirse desautorizado, Aiestaran dijo adiós.

El desmantelamiento de la estructura deportiva es ahora mismo total. El futuro director deportivo, con el que Badiola dice que trabaja «codo con codo» desde hace meses tendrá mucho trabajo para reconstruir un club de la entidad de la Real partiendo de cero.

En el mercado invernal, Iñaki Badiola se ha apoyado en la figura de algunos representantes para hacer los fichajes. En este momento, son personas con gran influencia en el presidente y en sus decisiones deportivas.