¿Elección de lengua? Candidaturas a la FGF
Josu Zugasti (Militante de Aralar, Arrasate) David Ormaetxea Candia (Donostia)
Viernes, 28 de marzo 2008, 02:26
Mediante esta carta querría responder al artículo de Aitor Hernandez, publicado en este periódico el martes, sobre el derecho que tienen los padres para elegir la lengua en la que cursarán sus hijos los estudios.
Habiendo como hay bastantes estudios publicados sobre el nivel de euskera que se consigue en los diferentes modelos existentes, no cabe duda de que el único que ofrece cierta garantía de dominio de la lengua vasca al acabar la enseñanza obligatoría es el modelo D. Sabiendo esto, me permito traducir lo que usted denominará «derecho a que mis hijos estudien en castellano» como «derecho a que mis hijos no sepan euskera». Porque supongo que usted, como todos los cosmopolitas «no-nacionalistas» no estará hablando del derecho a no estudiar inglés.
Pues bien. Ya es hora de que se sepa que el euskera es legalmente, por el Estatuto de Gernika y la Ley del Euskera de 1982, lengua oficial y que, por tanto, goza de protección legal. Y la ley («eje de la democracia») otorga derechos y obligaciones. Entre estas últimas se encuentra la obligación que según la ley de 1982 estipula que todos los estudiantes deben saber las dos lenguas oficiales al acabar la ESO. Y le recuerdo que el nivel de comprensión y de expresión que demuestran en castellano los estudiantes del modelo D no es en modo alguno inferior al de los estudiantes madrileños. Mire los datos de los estudios publicados.
Habla usted de libertad. Le recomiendo que lea El Libro Negro del Euskera, de Juan Mari Torrealdai para que se haga una idea de la política que han llevado a cabo Francia y España respecto al euskera desde hace más de dos siglos y para que se dé cuenta lo que ha costado conseguir la oficialidad limitada que tenemos ahora. ¿Cree usted que un idioma casi desaparece porque sus hablantes se aburren de hablarla?, ¿Cree que el Gobierno Vasco no tiene derecho a hacer del euskera algo más que un idioma que si quiero lo aprendo, como el chino? Todos los gobiernos desde Inglaterra a Buthán saben que es su obligación ayudar a desarrollar la cultura de su nación. De etnicismo, nada.
Luego dirán que los nacionalistas nos hemos adueñado del euskera, mientras que el PP y el PSOE no han mostrado jamás la más mínima sensiblidad en este tema.
Si de verdad es usted de Hondarribia o reside allí, Aitor, me resulta incomprensible que haya escrito esa carta tan llena de prejuicios.
Las declaraciones efectuadas días pasados por la candidatura alternativa de clubes a la Federación Guipuzcoana de Fútbol (FGF) respecto a la actitud mostrada por Juan Luis Larrea, en el ejercicio de su función como presidente de la Federación los últimos 20 años, reafirman mi opinión manifestada en su día, públicamente, en el sentido de haber convertido la FGF en su cortijo particular, concediendo privilegios y canonjías con tal de perpetuarse en el cargo.
Por lo que, en esta ocasión, me causa asombro y perplejidad es el hecho de que quienes han sido beneficiarios de tales prebendas durante estos años, en forma de cargos como directivos y miembros de diferentes comités de la Federación, y que han coadyuvado a las maniobras del Sr. Larrea sean los que denuncien tales prácticas y se presenten como alternativa.
¿Qué ha ocurrido ahora? ¿Han recibido instrucciones de quienes ostentan puestos en la Administración Pública prometiéndoles cotas de poder y privilegios pecuniarios? Lo que es cierto y conoce el mundo del fútbol es que quienes se propugnan como alternativa a la FGF (en este caso instigados y aleccionados por doctos técnicos del departamento del Sr. Galdós, con nombres y apellidos, y que tan bien conoce el propio Diputado Foral, a pesar de su desmentido público) es que de consumarse su acceso a la Federación conseguirían unas cifras económicas vedadas a la mayoría de los clubes guipuzcoanos y perpetuarían la prohibición de participar en categorías inferiores a un número importante de ellos, creando una especie de «números clausus» o competición cerrada, tal y como las Instituciones Públicas vienen planteando los últimos años y que tiene su plasmación en el modelo «Fútbol Sarea», con las consecuencias que todo el deporte guipuzcoano conoce y que puede resumirse en la desertización de jóvenes en el deporte de competición y en el descenso de categoría el último año de clubes tan emblemáticos como la Real, el Bruesa y el Bidasoa.
Todo ello va en contradicción con lo manifestado por la candidatura alternativa en el sentido de defensa de los intereses de todos los clubes y me parece importante que sea conocido por la opinión pública guipuzcoana.