Borrar
Las 10 noticias clave de la jornada
La mezzo sueca Anne Sofie von Otter. [AP]
Música y canciones para no olvidar
CULTURA

Música y canciones para no olvidar

Anne Sofie von Otter pone voz a piezas compuestas por músicos internos del campo de concentración de Terezín

NIEVES FONTOVA

Martes, 22 de enero 2008, 09:12

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

SAN SEBASTIÁN. DV. Terezín o Theresienstadt (si de adopta el topónimo alemán) fue el campo de concentración escaparate del régimen nazi donde fueron recluídas, y asesinadas, importantes personalidades de la vida cultural europea, fundamentalmente checa. Pero el escaparate -que incluso fue visitado por una delegación de la Cruz Roja en 1944, por lo que se adecentó un poco el lugar- estaba sustentado por el horror. Lo que allí sucedía era moralmente igual de despiadado que lo que acontecía en otros campos, aunque se permitiera la evasión artística. De hecho, buena parte de los confinados en este gueto a 70 kilómetros al norte de Praga fueron después deportados a campos de exterminio como el de Auschwitz.

El cedé Terezín/Theresienstadt, editado por Deutsche Gram- mophon, rinde homenaje a esas víctimas y recoge las composiciones de algunos de los artistas que estuvieron allí confinados. La idea de este compacto surgió en 2000, cuando la mezzo sueca Anne Sofie von Otter participó en un Foro Internacional sobre el Holocausto celebrado en Estocolmo. La cantante descubrió la música de Viktor Ulmann y de otros compositores judíos que trabajaron en Terezín y se lanzó al proyecto de recuperar sus obras. «En una existencia de sufrimientos inimaginables, la mú- sica y otras formas artísticas como el teatro o la literatura ofrecieron a los detenidos en Theresienstadt unos preciosos minutos de distracción», señala la cantante, que recuerda, no obstante, que «no estamos autorizados a olvidar».

Los músicos del campo tuvieron el privilegio de distraer a sus compañeros en este centro propagandístico creado por el nazismo. Incluso se llegó a rodar la película titulada El Führer regala una ciudad a los judíos, en el empeño nazi por mostrar al mundo que la fortaleza, construida a finales del siglo XVIII por el emperador José II, era un campo modelo en el que se mantenía una cierta actividad cultural. Los dibujos sobre las vicisitudes diarias de los internos dejados por la pintora Malvína Schalkova y los tortuosos trazos a modo de crónica de Leo Haas -que encontró sus trabajos donde los había escondido tras la liberación- son una fotografía nítida del horror que sucedía en la realidad.

Escuchar ahora el disco resulta estremecedor y conduce a la ternura en ocasiones y a la rabia en otras. La cantante Anne Sofie von Otter, y en ocasiones el barítono Christian Gerhaler, interpretan con gran acierto y sensibilidad estas composiciones diferentes pero unidas para siempre en su destino. Es una forma de dar voz a músicos de la importancia de Pavel Hass, Viktor Ulmann, Hans Krása y Erwin Schulhoff, principalmente.

Nanas en el horror

Las piezas de la escritora Ilse Weber están impregnadas de un fuerte dramatismo. La autora checa trabajó en Terezín como enfermera y compuso poemas, algunos aparecidos en el libro En tus muros habita el dolor, y nanas que cantaba, acompañada a la guitarra, para niños y ancianos. En 1944, fue deportada junto a su hijo pequeño a Auschwitz, donde fueron asesinados. Ulrike Migdal, socióloga y autora de un ensayo sobre las actividades realizadas en ese campo, afirma en el libreto que acompaña el compacto que Weber cantó su Wiegala acompañada por los niños en la mismísima cámara de gas. Su marido sobrevivió y se dedicó a recuperar el legado literario de Ilse.

El compositor y director de orquesta checo Viktor Ulmann, que pasó del éxito en los teatros de la época a ser considerado indigno y por tanto artista prohibido, compuso durante su estancia en Tere- zín sus canciones en yiddish pertenecientes al ciclo Brezulinka. Otro músico destacado, Pavel Haas, alumno de Janácek, compuso en el campo su última y más famosa obra: los Cuatro cantos sobre poesías chinas. El verso Tu patria está allí, lejos en la distancia sirvió a Hass para simbolizar a la patria checa y dar el hilo conductor a su obra.

La conocida ópera infantil Brundibá' también se representó en Theresienstadt. Su creador estaba internado -era el portador del número 21855- y de su trabajo allí sólo quedan algunas modestas piezas y las Tres melodías a partir de los poemas de Rimbaud.

Probablemente, la música más apreciada para los confinados en el campo era la de cabaret, tan de moda entonces. Kort Gerron, conocido por su papel en El ángel azul junto a Marlene Dietrich, montó el cabaret Karussell con música de Martin Roman, jefe del Ghetto Swingers.

Otras producciones ligeras, como las de Karel Svenik, apodado Chaplin, fueron muy populares. De Carlo Taube sólo ha sobrevivido una canción. Adolf Strauss compuso su tango también poco antes de morir.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios