Se habían olvidado de lo que era perder

SAN SEBASTIÁN. DV. Decía Chris Coleman a principio de temporada que este equipo debía, con urgencia, desprenderse de la vitola de equipo perdedor. La inercia de la temporada pasada podía lastrar al equipo, y si bien es cierto que no se puede afirmar con rotundidad que esta tendencia a perder afectó al conjunto txuriurdin a principio de temporada, el equipo no sabía amarrar los partidos, sobre todo en varias derrotas que llegaron por despreciar el empate.

El partido ante el Sporting de Gijón en Anoeta fue el momento en el que los pupilos del galés decidieron dar carpetazo al asunto y desde entonces la Real se había mantenido invicta... Hasta ayer.

De nuevo como ante el Numancia, un gol en el descuento devuelve a la Real a la realidad. El segundo partido perdido fuera de casa vuelve a tener el mismo desenlace. Y este tanto deja un halo de incertidumbre en la parroquia txuriurdin. ¿Habrá nuevo entrenador? ¿Alguien se atreve a vaticinar la alineación ante el Alavés con los fichajes que se avistan en el horizonte? ¿Iremos el sábado a Anoeta o al Beijing 2008?

Durante esta racha los números de la Real habían sido propios de ascenso. Diez goles anotados y sólo seis encajados. Sin embargo, ya nos advertían desde Salamanca que los charros se vuelcan al ataque y anotan y encajan con facilidad. El 3-2 refleja que no iban de farol. Tras la nueva derrota, se valora aún más esta serie de nueve partidos. El equipo ha ganado en solidez defensiva, sabe apreciar el valor de un punto, sin lanzarse en plan kamikaze a por la victoria con un riesgo enorme de ser sorprendido, como ocurrió ante el Sporting, y sólo se le puede achacar la falta de creatividad, aunque en los últimos encuentros han visto puerta con más facilidad, y no sólo a balón parado.

Sigue cerca del ascenso

La derrota no aleja demasiado a la Real de los puestos de ascenso merced al traspié del Celta y al empate del Sporting en el feudo del Córdoba. Por eso las voces de los realistas coincidían en no bajar los brazos y en seguir trabajando, porque una nueva racha positiva les pueden catapultar definitivamente. Salvo Málaga y Numancia, que se están mostrando bastante regulares, el resto de equipos pincha con asiduidad, pero la temporada es larga, y si uno de los aspirantes al ascenso, al margen de estos dos equipos, logra sumar semana sí semana también, la Real se quedará sin su trozo de pastel.

Pase lo que pase en el banquillo o en el mercado de fichajes, los realistas no se pueden permitir un tropiezo ante el Alavés. El maratón al que se asemeja la Segunda División entra en un estadio en el que ceder unos metros puede afectar sobremanera. Si los de Coleman mantienen la intensidad de las últimas fechas, seguirán en la pelea, pero deben mantener la seguridad en sí mismos que parecen haber recuperado. Ayer igualaron el marcador adverso de nuevo en dos ocasiones. Tienen fe, base fundamental para lograr el objetivo.

Ayer en el Helmántico se palpaba la rabia en los rostros de los realistas. Perder nunca es un plato de gusto, pero mucho menos cuando se pierde la costumbre de caer. Un penalti, cuando menos dudoso, pone el contador a cero de nuevo. Las voces críticas que apuntan que la Real cuenta con ayudas arbitrales en la categoría de plata deberían tener en cuenta esta circunstancia.