Víctor Bravo solicitó un préstamo de 50.000 euros a su cuñada porque tenía «dificultades»
La esposa de José María Bravo declaró en el juzgado que le entregó el dinero, aunque precisó que no le preguntó para qué lo necesitaba. Pone a disposición del juzgado el dinero que le queda de vender el chalet.
JAVIER PEÑALBA
Martes, 11 de diciembre 2007, 17:53
SAN SEBASTIÁN.DV. Rosa María Cobos, esposa de José María Bravo, principal imputado en el presunto fraude descubierto en la Delegación de Hacienda de Irun, manifestó ayer que concedió un préstamo de 50.000 euros a su cuñado, el ex senador por el PNV Víctor Bravo, de quien dijo que atravesaba una «situación difícil». Cobos efectuó esta revelación en el transcurso de la declaración que prestó en el Juzgado de Instrucción 2 de Irun como imputada por un presunto de delito de alzamiento de bienes, derivado de la venta del chalet que el matrimonio tenía en la localidad vascofrancesa de Urrugne. La denuncia había sido presentada por José Ricardo Palacios, letrado que ejerce la acusación particular en representación de la Diputación de Gipuzkoa, después de que éste recibiera ciertas informaciones según las cuales el chalet había sido vendido por 1,25 millones de euros.
Rosa María Cobos detalló que a principios de febrero de este año ella y su marido aceptaron la oferta de compra de la vivienda, y que a finales del mismo mes suscribieron la escritura de precontrato de compraventa en una notaría de San Juan de Luz. Manifestó que vendieron la casa para hacer frente a las «importantes» cuotas que tendrían que abonar en los años venideros, debido a los estudios que emprendía su hija en la universidad.
La esposa de Bravo explicó que fue decisión del matrimonio que la citada venta no se formalizara hasta junio para que, de esta manera, sus hijos pudieran finalizar el curso escolar. Igualmente admitió que de los 625.000 euros que le correspondían a ella por la venta, destinó una buena parte al pago de deudas. Precisó que con el dinero saldó cuatro préstamos de los que ella y su marido eran cotitulares, y añadió que dichos préstamos habían sido solicitados para la construcción de un hotel en Jerte. Asimismo, reconoció que entregó 50.000 euros a su hija al objeto de que ésta pudiera estudiar en alguna de las dos universidades privadas en las que había sido admitida en Francia. No obstante, puntualizó que «dejó constancia» de que este préstamo tenía que devolverlo cuando empezase a trabajar o si lo reclamaba el juzgado.
Rosa María Cobos reconoció que con su parte del dinero procedente de la venta de la vivienda concedió un préstamo personal a su cuñado Víctor Bravo. A este respecto, dijo que el ex senador del PNV atravesaba una «situación difícil». Preguntada por las causas de estas presuntas dificultades, Cobos respondió que «no le preguntó para qué necesitaba» ese dinero. Asimismo, manifestó que ignoraba el destino que Víctor Bravo dio a dicha suma. En este sentido, precisó que creía que no lo iba a utilizar para pagar la fianza de su marido, «porque la fianza es anterior al préstamo», aclaró.
Ante estas manifestaciones, algunas de las acusaciones personadas estudian ya la posibilidad de solicitar la declaración de Víctor Bravo en estas diligencias, bien en calidad de testigo o de imputado.
Lágrimas
Durante su declaración Rosa María Cobos no pudo contener la tensión y rompió a llorar justo cuando explicaba algunas circunstancias relativas al préstamo para la formación universitaria de su hija. «¿Cómo voy a pagar sus estudios?», manifestó.
Rosa María Cobos señaló también que tras saldar las deudas, dispone de 145.477,53 euros, suma que ingresó el viernes de la semana pasada en la cuenta del juzgado para cubrir las posibles responsabilidades civiles que puedan derivarse del procedimiento. Asimismo, los letrados personados en las actuaciones supieron ayer que Víctor Bravo ha devuelto el préstamo y lo ha ingresado en la misma cuenta judicial. Lo mismo ha hecho su hija con el dinero previsto para sus estudios.
Tras la declaración de Rosa Cobos, ninguna de las partes solicitó que se adoptaran medidas cautelares contra ella, por lo que la esposa de José María Bravo quedó en libertad.
El abogado de José María Bravo ha presentado un escrito en el juzgado en el que justifica todos los movimientos bancarios que ha realizado con el dinero resultante de la venta del chalet. Según consta en las actuaciones, la mayor parte de lo percibido lo ha destinado a saldar deudas crediticias, al tiempo que reconoce que ingresó otros 50.000 euros para pagar los estudios de su hija. También abonó los honorarios de sus abogados
El letrado de José María Bravo considera que, a la vista de las alegaciones que se han presentado y una vez escuchada a Rosa María Cobos, no es necesario que su cliente comparezca en el Juzgado de Irun. No obstante, la Diputación solicitó que se le tomara declaración. Por el momento, Bravo no ha sido citado.